CEPR entiende que no es el proyecto de menor costo ni está a tono con la política pública energética.
En una acción que busca “velar por el mejor uso de fondos públicos” en la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), la Comisión de Energía de Puerto Rico (CEPR) desaprobó –“por ahora”– la construcción del Aguirre Offshore Gasport, proyecto al que la corporación apuesta para gasificar su red y cumplir con ciertas regulaciones ambientales federales.
La decisión de la CEPR está contenida en el Plan de Recursos Integrado (PIR) Modificado, aprobado el pasado viernes por el ente regulador independiente. El documento detalla las obras que la AEE debe implantar para modernizar su infraestructura; en principio sería un plan a 20 años, pero se aprobó a cinco.
Ayer, el presidente de la CEPR, Agustín Carbó, explicó que lo que se aprobó respecto al Aguirre Offshore Gasport fue continuar el proceso de permisos, ingeniería y planificación, sujeto a un límite de gastos de $15 millones. Si la AEE excede ese monto, tendría que solicitar a la CEPR una dispensa de fondos adicionales.
“La Comisión está expresamente desaprobando la construcción”, reza el PIR Modificado en su página 91.
Carbó señaló que la intención de la CEPR es que la AEE asuma “riesgos educados, porque no queremos que se sigan gastando fondos públicos y que el proyecto nunca termine”.
Dijo, además, que hay “cierta incertidumbre” en torno a los permisos de la obra, por preocupaciones como su potencial impacto a las comunidades coralinas en la bahía Jobos, entre Salinas y Guayama.
El PIR Modificado, en sus páginas 91 y 92, establece que la AEE ofreció pronósticos de combustible “no confiables”, y falló en no analizar carteras alternas de costo más bajo y sin depender del gas. Se estima que el Aguirre Offshore Gasport podría costar hasta $2,000 millones.
“El proceso de permisos, por sí solo, ha atrasado por dos años el proceso para que el Aguirre Offshore Gasport se complete”, agrega el documento, que destaca que la AEE “ahora predice” que el proyecto iniciaría operaciones en 2018.
Carbó reconoció que el proyecto ayudaría a la AEE a cumplir con los Estándares de Emisión de Mercurio y Tóxicos de Aire (MATS, en inglés), y “por eso vamos a darle el espacio de conseguir los permisos”.
“De culminar satisfactoriamente el proceso de permisos, entraríamos en la evaluación de costo-efectividad, mirando todo desde un ángulo holístico. Es una construcción bien costosa y le pediremos a la AEE que evalúe otras opciones de cumplimiento con MATS”, dijo a El Nuevo Día.
Fuente: El Nuevo Dia