Con la promesa de descongestionar, de reducir los tiempos de desplazamiento y de «aportar a una cohesión social», el Presidente Gabriel Boric, junto al ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García inauguraron este sábado 23 de julio la nueva autopista Américo Vespucio Oriente, cuyo tramo se extiende desde El Salto hasta la Avenida Príncipe de Gales (AVO I), conectando así a seis comunas de la capital.
Este recorrido tiene una extensión de 9 kilómetros y conecta a las comunas de Recoleta, Huechuraba, Vitacura, Las Condes, La Reina y Ñuñoa. La obra apunta a reducir los tiempos de desplazamiento entre distintos puntos de Santiago y lograría disminuir, por ejemplo, en media hora el viaje entre Ciudad Empresarial y Príncipe de Gales, es decir, ahora demoraría sólo 10 minutos.
Para lograr aquel objetivo, AVO I cuenta con seis entradas y salidas a lo largo de su tramo, las cuales empalman con diferentes calles y sectores de la capital: Autopista Nororiente y Costanera Norte; Escrivá de Balaguer (Costanera Sur), Candelaria Goyenechea (Américo Vespucio hacia al sur); Los Militares; Isabel La Católica y Tobalaba (Príncipe de Gales).
Y si bien AVO I lleva poco menos de cinco días desde su inauguración, Emol consultó con diversos urbanistas y expertos en transporte sobre qué tan factible es cumplir con los objetivos anunciados por las autoridades de Gobierno. En esa línea, los especialistas advierten que, a mediano plazo, es decir, en cinco o seis años más, las calles y barrios aledaños a la autopista presentarán nuevas complicaciones en materia de movilidad.
En ese sentido, y a modo de ejemplo, los académicos coinciden en que la salida de Isabel La Católica (Las Condes) será una de las zonas que mayores consecuencias presentará en un futuro, pues, al ser un barrio residencial, las calles aledañas podrían evidenciar un aumento de la congestión vehicular, mayor inseguridad vial y una alza en la contaminación, tanto de gases como de acústica.
Giovanni Vecchio, profesor del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC e investigador de Cedeus advirtió que «es probable que el impacto sea bastante alto, porque efectivamente se emplaza una autopista en una parte de la ciudad que, cuando se construyó, no estaba pensada para flujos de vehículos tan grandes, más en al caso de las calles residenciales».
Al ser consultado por las salidas de AVO I que empalman con zonas residenciales como Los Militares o Isabel La Católica, Vecchio explicó que «es posible también, que se afecte de alguna manera, el funcionamiento de la vialidad en esas calles. Entonces, por ejemplo, que aumente la congestión en calles que antes no tenían el tránsito de muchos vehículos».
Con una visión similar, el director de la escuela de Transporte y Tránsito de la Universidad Tecnológica Metropolitana, Álvaro Miranda, expuso que la apertura de AVO I «como la apertura de cualquier autopista al interior de una ciudad es una mala noticia. Esto, básicamente porque las autopistas vienen a intentar solucionar un problema de congestión, aumentando la vialidad, más calle y en este caso autopistas».
Si bien, a simple vista, lo anterior suena como algo positivo, el profesor advirtió que «las autopistas generan una solución de corto plazo, es decir, cuando se inauguran, evidentemente, el aumento de la capacidad vial hace que el tránsito sea más fluido y disminuya la congestión vehicular, pero en el mediano plazo, lo que ocurre con esa autopista es que incentiva a las personas a usar el vehículo privado, por lo tanto, en el mediano plazo pierde esa función y termina generando más congestión de la que había al principio«.
«Por lo tanto, lo que va a ocurrir es que, ahora que se inaugura, en los primeros tres o cinco años, la verdad es que no van a haber grandes problemas, pero lo que va a ocurrir en unos años más es que la congestión se va a acentuar y va a ser un problema muchísimo más complejo del que hay hoy en día, y vamos a estar con una autopista congestionada, pero con una deuda con la autopista que vamos a tener que seguir pagando», adelantó Miranda.
Según expuso el académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC e investigador de Cedeus, Giovanni Vecchio, el aumento de la circulación vehicular no sólo implicará una mayor congestión de automóviles en los sectores aledaños a AVO I, sino que también podría traer consigo una menor seguridad vial.
«Creo que ahí el impacto va a ser bastante fuerte, porque al aumentar el número de vehículos que van a querer utilizar la autopista, es probable que se forme congestión, tanto en salidas como entrando a la autopista. Que esto genere también contaminación atmosférica, es posible también que afecte la seguridad vial como número mayor de vehículos que terminan transitando por calles que son bastante más angostas y que no se comparan con una autopista», puntualizó el profesor.
«Las autopistas generan una solución de corto plazo, es decir, cuando se inauguran, evidentemente, el aumento de la capacidad vial hace que el tránsito sea más fluido y disminuya la congestión vehicular, pero en el mediano plazo, lo que ocurre con esa autopista es que incentiva a las personas a usar el vehículo privado, por lo tanto (…) termina generando más congestión de la que había al principio». Álvaro Miranda, director de la escuela de Transporte y Tránsito de la UTEM
«Y eso afecta no sólo a quienes quieran ocupar la autopista, sino que también a los vehículos que quieran transitar por recorridos normales. Eso puede traer consecuencias para el transporte público, para las personas que se muevan en bicicleta o a pie, que tengan que enfrentar un número más alto de vehículos en circulación. En términos de impactos urbanos más amplios, la contaminación atmosférica, la contaminación acústica es posible que vayan aumentando con el aumento del número de vehículos que circulan por las calles locales», acotó Vecchio.
Adicionalmente, el profesor de la Universidad Tecnológica Metropolitana planteó otra complicación que puede traer consigo la apertura de una autopista como AVO I: la seguridad ciudadana.
«Hoy día las autopistas, justamente en las entradas y salidas y en algunos puntos que son específicos, hoy son un foco de delincuencia: los portonazos y llamadas encerronas se producen muchas veces en las autopistas, por lo tanto, lo más probable es que en esos lugares, lo que va a ocurrir es que disminuya la seguridad vial, es decir, van a aumentar los accidentes de tránsito, tanto entre vehículos, ciclistas y peatones.
Tanto el profesor Miranda como Vecchio coinciden en que el aumento de la congestión vehicular, ante la apertura de AVO I, conllevará también a que los barrios residenciales, comerciales o empresariales aledaños a la autopista experimentarán una mayor «contaminación ambiental, producto de la concentración de gases de los vehículos».
«Las autopistas urbanas siempre tienen problemas de inserción, se ven tanto en el sector oriente y aún más en el sector sur de la ciudad, donde los efectos urbanos en términos de contaminación, en términos de ruido y también de hasta separación física entre barrios, ha sido mucho más fuerte. Entonces, esto, muestra la necesidad de replantear la manera en que abordamos desde la movilidad en las ciudades y que, tal vez, infraestructura tan masiva y que generan impactos tan grandes en espacios residenciales deberían ser repensadas y reemplazada», concluye el académico UC.
Con una visión contraria, Gerardo Ureta, profesor de ingeniería geográfica de la Universidad de Santiago (Usach) comentó que la apertura de AVO I trae mayores beneficios que afectaciones. Pues, asevera que «la autopista viene a solucionar conflicto, por ejemplo, de personas que vienen desde el lado sur de Santiago hacia el lado norte».
«Entonces, hay harto vehículo que antes de AVO estaba circulando por la superficie que ahora empezará a circular por abajo. Entonces, por ahora, podría ser beneficioso para la gente que está arriba porque va a haber una descongestión vehicular en esos lugares, pero es una apreciación muy inicial», manifestó el académico, con una visión contraria a la de Vecchio y Miranda.
Respecto a las salidas residenciales, Ureta planteó que «la salida de Isabel La Católica no es un punto atractivo para el resto de las persona como para tomarlo, porque son solo residencias. Entonces, no es un lugar donde haya centros comerciales u oficinas y que sea un lugar de atracción de viajes, y tampoco de generación de viajes».
Sin embargo, el profesor de la Universidad de Santiago señaló otra «deficiencia» que tiene la salida de Isabel La Católica. «El diseño de esa esquina, en la parte oriente de Isabel La Católica con Vespucio, la verdad es que no quedó estéticamente muy razonable y eso sí puede impactar a los vecinos».
«Todas estas intervenciones de autopistas tienen que considerar también la estética del lugar y no dejar muros de hormigón, que finalmente generan una sensación de que no es agradable. Pero ahí debería haber algún otro tipo de diseño urbano o considerar el diseño urbano en la infraestructura vial», añade. Pese a ello, Ureta sostuvo que AVO I trae consigo una serie de beneficios, ya que la congestión vehicular, la contaminación y los accidentes se trasladan hacia «abajo».
Tras escuchar las advertencias y proyecciones de los expertos, Emol consultó con las Municipalidades de Las Condes y Vitacura, sobre qué rol tendrán las administraciones comunales ante las posibles consecuencias o beneficios que podrían generarse con la apertura de AVO I; y cuáles son sus planes de trabajo para evitar una mayor congestión vehicular o nuevos hechos de violencia en las calles.
La alcaldesa de Las Condes, Daniela Peñaloza explicó que «esta semana en la que vuelven a clases los colegios será clave para identificar las mayores problemáticas que pueda traer consigo la inauguración de la Autopista Vespucio Oriente. Ya hemos tomado medidas para mitigar posibles problemas con el exceso de velocidad, instalando señaléticas de tránsito y reductores en los sectores de Isabel La Católica y Los Militares«.
No obstante, la jefa comunal insistió en que «este proyecto es positivo para los vecinos, ya que reducirá el tiempo de traslado y disminuirá el flujo de autos que transiten por la superficie, sin embargo, estamos realizando una evaluación constante con nuestros inspectores, quienes están monitoreando en diferentes horarios para ver si es necesario aplicar otras medidas de mitigación».
En tanto, la alcaldesa (s) de Vitacura, Paulina Lobos aseguró que desde el municipio «estamos monitoreando de cerca. Hasta ahora no hemos tenido ninguna situación compleja, hemos visto una baja en la afluencia vehicular, lo que no está dando luces de que, efectivamente, la solución vial está surgiendo sus resultados».
«Así que estamos muy atentos con seguridad Vitacura y con nuestra Dirección de Tránsito, observando cómo se está comportando», comentó la jefa comunal (s). Al ser consultada por los planes de seguridad del municipio para evitar o prevenir futuros delitos, la autoridad enfatizó en que «tenemos monitoreadas todas las autopistas, en algunos puntos en conjunto con las comunas de Las Condes y Lo Barnechea».
«Las autopistas son un punto de unión de un tour delictual que, a veces, comienza en nuestras comunas, pasan por la nuestra y luego se derivan a las comunas de Huechuraba, Recoleta y Renca. Entonces, tenemos un monitoreo constante de las carreteras, estamos además implementando pórticos con los cuales vamos a poder recibir alertas cuando ingrese un vehículo que esté encargado por robo o ingrese sin patente«, mencionó.
Adicionalmente, Lobos aseveró que desde el municipio «estamos muy coordinados también con las policías, con Carabineros y Policía de Investigaciones, quienes tienen la labor de la persecución penal, y dada esta coordinación hemos podido hacer seguimiento a través de las cámaras, también capturar a ciertas bandas y poder entregar información de la municipalidad valiosa, para que las policías puedan hacer su trabajo».
Finalmente, desde el municipio anticiparon que esperan la construcción de una nueva extensión de AVO que conecte con la Costanera.
«Los vecinos han estado muy atentos a este proceso siguiéndolo de cerca y, principalmente, uno de los temas en que más hemos insistido al MOP y a las autopistas, es ojalá no olvidar la necesidad de generar una conexión entre la autopista Costanera y AVO. Y ojalá que esa conexión, lógicamente, sea subterránea y no en superficie, porque esa es una zona que tiene bastante congestión», afirmó Lobos.
Según la alcaldesa (s) de Vitacura, aquella extensión «sería un gran beneficio para nuestros vecinos, porque se descomprime nuestra comuna y se permite que al interior de la comuna exista mucha más circulación del vecino que vive, se fortalece la vida de barrio».
Fuente: Emol.com
