Organizaciones ambientalistas de Santa Bárbara y alrededores que se oponen a la construcción de la central hidroeléctrica Rucalhue anunciaron que mantendrán su postura y seguirán protestando.
Rucalhue es un proyecto energético consistente en una represa que pretende atravesar el río Bío Bío y generar 90 megawatts para el Sistema Interconectado Central (SIC) a través de una línea de transmisión de 1,5 kilómetros.
La vocera de las organizaciones que se oponen al proyecto, Paula Riffo, indicó que han decidido mantener la postura debido a que hay comunidades pehuenches que se verían afectadas.
Además acusó que la consulta indígena fue solo una negociación de la compañía a cargo del proyecto.
Sumado a lo anterior, el estudio de impacto ambiental lo realizó un ente no confiable para ellos, ya que no incorporó un estudio de una profesora de la Universidad de Concepción que señaló que en el río Quilme existe una especie de peces nativos que van a ser extinguidos con la represa.
El Centro de Estudio y Defensa La Frontera Wirilmapu apoya esta oposición.
Su representante en la zona, Yanny Figueroa, sostuvo que hay dos comunidades pehuenches que se verían golpeadas con la construcción de la estructura: Newen Mapu, compuesta por familias relocalizadas de Alto Bío Bío producto de la central Ralco; y Ayin Mapu.
Desde Rucalhue se afirmó que el proyecto obtuvo la aprobación de su estudio de impacto ambiental por unanimidad por parte de la Comisión de Evaluación Ambiental del Bío Bío, incluyendo el proceso de consulta indígena, logrando acuerdos con todas las comunidades que participaron de las tratativas.
Independiente del cumplimiento de normativa ambiental, Rucalhue Energía también ha firmado acuerdos voluntarios con comunidades del sector aledaño al proyecto, que incluye beneficios en temas de educación, infraestructura, cosmovisión mapuche y capacitación, entre otros.
A eso se suma su compromiso de pagar el total de sus impuestos en las comunas de Quilaco y Santa Bárbara, afirmaron.
Fuente: Biobío