La innovación tecnológica sigue imparable y su impacto en la sociedad es continuo. A medida que la inteligencia artificial se cuela en más productos y a medida que más tareas humanas se automatizan, un artículo publicado en Information Week se pregunta si la ética en la tecnología es un mito o una realidad.
Lo cierto es que el frenético avance de la tecnología y el cambio social que está provocando obliga a las empresas a tener más cuidado sobre los impactos de lo que están haciendo, ya sean esto buenos o malos. Para la industria tecnológica es fundamental que los datos se recopilen, almacenen y analicen por varias razones, a veces no muy transparentes.
Según un estudio de Gartner, las empresas que se encuentran en una etapa inicial de una estrategia digital clasifican a la ética como una prioridad Nº 7. Aquellas que definen una estrategia digital lo clasifican en el Nº 5 y las empresas que están ejecutando una estrategia digital lo clasifican en el Nº 3. Frank Buytendijk, vicepresidente de investigación de Gartner y compañero de Gartner, señala que “las empresas más éticas tecnológicamente son las que están en entornos regulados, como los servicios financieros y el sector público”.
Ahora bien, en 2016, el IEEE (Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos), la organización profesional tecnológica más grande del mundo dedicada al avance de la tecnología para la humanidad, presentóla Iniciativa “IEEE Global Initiative on Ethics of Autonomous and Intelligent Systems”. Su objetivo es garantizar que aquellas empresas involucradas en el diseño y desarrollo de sistemas autónomos e inteligentes sean formados para priorizar las consideraciones éticas de modo que las tecnologías avancen en beneficio de la humanidad.
“La ética es el nuevo verde”, dijo Raja Chatila, miembro del Comité Ejecutivo de IEEE Global Initiative on Ethics of Autonomous and Intelligent Systems. “La gente valora su salud, por lo que valoran los productos que no ponen en peligro su salud. La gente quiere comprar tecnología que respete los valores que valoran”.
Fuente: Baquia