Tras cinco años en el país, el grupo peruano apuesta por seguir expandiéndose.
Firma no descarta entrar con un socio local al negocio de las viviendas.
En los cerca de cinco años que lleva operando en Chile, el grupo constructor peruano Graña y Montero ha facturado más de US$ 1.000 millones, casi el 12% de sus ventas totales en ese período en la región, donde -aparte de nuestro país- está establecida en Perú y Colombia.
La compañía, a nivel global, se desarrolla en cuatro áreas: ingeniería y construcción, servicios -a través de CAM con ingeniería, instalación, operación y mantenimiento en las áreas telecomunicaciones, eléctrica, industria y minería-, infraestructura e inmobiliaria. Y es en estos dos últimos rubros en los cuales pondrá sus nuevas fichas en Chile la empresa, que en 2012 materializó su segunda adquisición en el país: Vial y Vives, especialista en obras mineras.
El gerente general corporativo de Graña y Montero, Mario Alvarado, afirmó que en el área de infraestructura les interesa seguir compitiendo por concesiones de obras públicas. Recordó que recientemente participaron -en consorcio- en la licitación del Túnel El Melón, que finalmente no se adjudicaron. «Vamos a seguir buscando proyectos, esperamos tener suerte», destacó.
Alvarado comentó que no descartan el ingreso al mercado inmobiliario chileno, aunque no estima que sea un paso «cercano». De todos modos, señaló que «si aparece una oportunidad, la analizaremos. Deberíamos tener una muy buena asociación con un actor local para participar. Como llevamos un buen tiempo (en el país), uno va conociendo y se vuelve local».
El ejecutivo indicó que el backlog -obras por ejecutar- de la compañía en Chile a marzo de 2016 bordea los US$ 300 millones, cerca del 6% a nivel global del grupo. «Nuestra intención es que esto crezca, pero necesitamos que el mercado nos acompañe», sostuvo Alvarado.
Reconoció que en nuestro país es notorio el impacto de la menor actividad minera, aunque destacó que el área de servicios está dinámica, tal como ocurre en otros países de la región.
Graña y Montero ha invertido en nuestro país US$ 170 millones, en bienes de capital y en adquisiciones. Alvarado afirmó que «nos hemos sentido cómodos con la institucionalidad que existe en Chile, no es un país donde sea difícil trabajar». Agregó que pese a los ruidos que hay en la economía y el menor ánimo empresarial, miran su actividad local a largo plazo.
En el directorio del grupo, en su matriz, está Pedro Pablo Errázuriz, ex ministro de Transportes y Telecomunicaciones del gobierno de Sebastián Piñera.
Fuente: Economía y Negocios.
