El año pasado, la empresa ligada a Vicente Aresti y la familia de Juan Eduardo Errázuriz, encontró problemas en la filial construcción, razón por la cual cambió la plana ejecutiva, hizo un aporte de capital, y hoy negocia con los bancos acreedores.
Con 58 años de historia, Fernández Wood (FW) es una de las empresas más antiguas de Chile en el rubro inmobiliario y de la construcción. Una trayectoria que, sin embargo, en la actualidad no vive su mejor momento.
Los problemas que enfrenta la compañía, que hoy son comentario obligado entre las empresas del sector, se habrían generado a raíz de malas decisiones en la administración de la filial constructora del holding, y habría provocado la salida, en diciembre pasado, de la plana mayor de la gerencia de dicha filial. También dejó la empresa ese mes el gerente general corporativo y socio, Rodrigo Gana.
Los socios de la empresa -Vicente Aresti, los hijos de Juan Eduardo Errázuriz, y el ex ministro Pedro Pablo Errázuriz-, nombraron al entonces director Bernardo Domínguez, como nuevo gerente general. En tanto que el directorio quedó conformado por el abogado Héctor Navarrete en la presidencia, además de Francisco Javier Errázuriz, Alejandro Irarrázabal, Vicente Aresti y Pedro Pablo Errázuriz.
Consultada la empresa, a través de una respuesta por escrito Domínguez confirmó la situación, y aseguró que hoy la empresa se encuentra negociando con los acreedores. Confirmó además que los socios ya están aportando todo el capital necesario para enfrentar esta crisis.
“Fernández Wood CORP ha iniciado una fase corporativa de reestructuración financiera, con el objeto de subsanar un problema de administración registrado por la compañía durante 2015”, señala Domínguez. Y agrega: “Producto de lo anterior, el Directorio de Fernández Wood tomó el control y sustituyó en pleno a la antigua administración y sus principales gerentes. El nuevo equipo directivo, liderado por Bernardo Domínguez como gerente general corporativo, está tomando todas las medidas necesarias para regularizar ordenadamente a la compañía”.
Domínguez agregó que las medidas señaladas “no empaña en absoluto la confianza y compromiso de los accionistas con Fernández Wood, quienes están aportando los recursos necesarios para enfrentar las obligaciones económicas de la firma. Adicionalmente, se están efectuando las conversaciones con los principales acreedores para enfrentar esta nueva etapa con bases sólidas”.
Por último, dice Domínguez, “el Directorio mantiene la firme determinación de proyectar el liderazgo de Fernández Wood en el mercado local, construido en sus 58 años de trayectoria en Chile”.
El origen. En diciembre de 2008 Inmobiliaria Vizcaya -propiedad de Aresti, Juan Eduardo Errázuriz y Rodrigo Gana-, entró a la propiedad de Fernández Wood (FW), adquiriendo la participación de la familia Wood. En 2010, los socios de Vizcaya toma ron la participación de la familia Fernández tomando el control de la empresa.
PULSO conversó con varias personas que conocen la historia de la compañía por dentro. Varios aseguran que el problema estuvo en que la gerencia general, a cargo de Rodrigo Gana, descuidó lo que ocurría en la filial constructora de FW. Si bien varios critican a Gana por este punto, otros explican que una de las razones que podría explicar esta situación, es que el holding FW era dueño del 50% de la constructora, mientras que la otra mitad era de los propios ejecutivos de dicha filial, situación que generaba que los gerentes de esta área se manejaran con cierta autonomía. Además, el expertise de Gana estaba en la industria inmobiliaria, filial que según las fuentes se encuentra funcionando bien.
En este escenario, el año pasado el directorio comenzó a pedir más información sobre la filial construcción, y se comenzaron a encontrar “desordenes financieros, ocultamiento de información, sobre estimaciones de resultados”, dice una fuente que conoce la historia directamente.
En ese momento, fines del 2015, y tal como confirma el comunicado enviado por la compañía, se tomó la decisión de sacar a la plana mayor de la empresa. Además, en ese momento los socios hicieron un primer aporte de capital para la empresa. “Los socios tienen mucha confianza en FW, la van a apoyar, porque el área inmobiliaria funciona muy bien”, dice la misma fuente, agregando que “durante el verano se vivieron momentos de mucha tensión, pero ahora se está recuperando el curso normal de la empresa. Hoy el objetivo es sacar adelante la empresa”.