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Jorge Eugenín, de Melón: «En dos años se vendieron las casas de los próximos cinco años… eso tendrá un impacto muy fuerte en la construcción»

mayo 2nd, 2016 | by admin
Jorge Eugenín, de Melón: «En dos años se vendieron las casas de los próximos cinco años… eso tendrá un impacto muy fuerte en la construcción»
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El gerente general asegura que la inversión se ha detenido en el país y el déficit de infraestructura se está haciendo evidente. «Nuestro mercado no se ve con una tasa de crecimiento muy expansiva, y eso es para preocuparse».

El cemento y el hormigón son buenos indicadores del desempeño de la economía de un país. El 2015 se caracterizó por ser un período complejo en términos económicos y políticos, sin embargo, pese a un escenario adverso, Melón -empresa propiedad del grupo peruano Brescia- logró muy buenos resultados producto de una adecuada estrategia de negocios y de administración, que se sumaron al efecto temporal de la Reforma Tributaria en la construcción. “Vemos que pasado este fenómeno de actividad anticipada por la industria inmobiliaria deberíamos ver un periodo de sequía”, señala su gerente general, Jorge Eugenín. “Desde el punto de vista privado, en minería no hay proyectos, en energía hay pocos, hay muchos proyectos en energía renovable no tradicional pero no son muy intensivos en construcción”, señala.

¿Cuál es el plan de inversión de la empresa para este año?

-Cuando no hay un crecimiento de mercado, las compañías no necesitan grandes inversiones y Melón hizo importantes inversiones en los primeros años de propiedad del grupo Brescia. Hoy estamos con un nivel de inversión muy tranquilo para mantener el negocio y estamos en una segunda etapa en la cual estamos trabajando en inversiones que van más orientadas a la sustentabilidad del negocio, orientadas a producción limpia, disminuir emisiones y a asegurar que la compañía no solamente cumpla con los estándares exigidos sino que vaya mucho más allá. En régimen Melón está invirtiendo US$ 15 millones, básicamente en sustentabilidad y en mejorar los estándares de nuestra producción.

¿Y nuevos proyectos?

-No tenemos planes de ampliación. Nuestro mercado no se ve con una tasa de crecimiento muy expansiva, y es para preocuparse que el cemento, que es uno de los indicadores más relevantes de la construcción, no se mueva en los últimos cinco o seis años, el mercado ha estado absolutamente plano.

 ¿Cómo impactará el fin del boom inmobiliario a Melón?

-Si analizas el mercado del cemento el año pasado creció un 3% en volumen, ¿cómo se explica eso en un mercado de la construcción deprimido? La explicación está en que el mercado cayó en todas partes excepto en la Región Metropolitana, donde creció un 20% debido a dos efectos: el proyecto Metro que tiene un impacto importante y que no es repetible, y la Reforma Tributaria que destapó una demanda “no artificial” pero sí anticipada. Disfrutamos de ese crecimiento pero vemos con preocupación que esos dos fenómenos no son repetibles. Hacia el 2017 vemos que no hay una tasa de reposición de proyectos estructurales, en dos años se vendieron las casas de los próximos cinco años, lo que hace que la construcción de viviendas para 2017 o 2018 la veamos bastante decaída y eso tendrá un impacto muy fuerte en la construcción y los materiales donde el cemento y el hormigón son un player fundamental.

¿Es fundamental entonces acelerar iniciativas como el Fondo de Infraestructura? 

-La inversión se ha detenido en nuestro país y hemos ido acumulando un déficit de inversión en infraestructura que ya se está haciendo evidente, los aeropuertos nos quedaron chicos, nos faltan puertos, y eso tiene que venir que con un plan de acción. El fondo de infraestructura es una muy buena iniciativa que realmente debería ser muy reactivadora.

¿Les preocupa que el Fondo siga retrasándose?

-En algún momento se tiene que juntar la voluntad con la necesidad. El clima de las inversiones es tremendamente influenciable por el clima político, y el clima político no es el mejor. Hoy hay grandes cosas por decidir que pueden afectar las inversiones. La Reforma Tributaria ya es un hecho y está internalizada, la Reforma Laboral no es buena para el país y no siendo buena para el país no es buena para Melón. A mí me toca viajar mucho a Perú y ver lo que pasa allá y tengo que decir que el mercado del cemento y la construcción en Perú se ha multiplicado por 2 en los últimos 10 años y es un escenario que me gustaría ver en Chile y que depende de un clima de estabilidad y normas claras.

¿Que le parece justamente la decisión del Tribunal Constitucional respecto a la Reforma Laboral?

-La decisión del TC sobre titularidad sindical es una buena noticia para el país. A pesar de que algunos sectores pueden considerar que es mala para los trabajadores, la decisión permite que ellos puedan negociar con libertad con las empresas y decidir si desean o no afiliarse a un sindicato. En este sentido, es una decisión que favorece el desarrollo y crecimiento de la economía.

¿Ve una fuga de inversiones hacia otros países producto de la poca certeza jurídica?

-Si tú dices ‘mira, invertir en Chile con las tasas de crecimiento y los precios que había hace varios años, obviamente que nadie va a invertir’, pero la gracia que tiene la economía es que corrige los precios. Hoy probablemente invertir en Chile es buen negocio porque los activos han bajado de precio. Si bien hay gente que está saliendo de Chile y que está viendo oportunidades en otras partes, hay gente que está mirando Chile porque hoy hay activos baratos. En la Bolsa hay empresas que valen menos de 1/10 de lo que valían hace cinco años. Si eso es bueno para el país, claramente que no es bueno porque si las empresas valen 1/10 de lo que costaban hace 10 años algo se debe estar haciendo mal.

En 2015 se destaparon varios casos de colusión, ¿qué aprendizaje saca el empresariado?

-Me sorprende que se den casos como los que conocimos el año pasado en empresas de gran reputación y con sistemas de gobiernos corporativos. Creo que es un proceso de ajuste que se tiene que ir dando en nuestra sociedad y las empresas tenemos que acostumbrarnos a responder a estos nuevos estándares, a jugar dentro de esas normas y a demostrar que realmente son capaces de competir fieramente en ese escenario. Ha sido un punto negro lo sucedido el año pasado y creo que será difícil volver a ver cosas como esas, el aprendizaje está y los accionistas están tremendamente sensibles a estos temas porque, y lo hemos visto muy bien en los casos del año pasado, los grandes activos de una compañía son su reputación.

 

Fuente: Pulso.

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