Una iniciativa artística llamada «bosque flotante» ha instalado en las aguas del puerto de Rotterdam veinte olmos que sobrevivirán gracias a unas boyas gigantes rellenadas con agua dulce, en un proyecto que pretende aumentar la conciencia medioambiental.
La idea es pensar en esa imagen como una estampa del futuro posible, debido al aumento del nivel de los océanos. Ahora esta creación ha cobrado vida en una dársena sin uso comercial de ese puerto de Holanda, país que ha hecho del control de las mareas un arte, y cuyo territorio, en gran parte, está bajo el nivel del mar.
Fuente: Economía y Negocios.