En medio de un clima que no da tregua y al lado de las cumbres más altas del país, se encuentra San Pedro de Atacama, un pueblo que captura la atención de chilenos y extranjeros por su mística historia precolombina que da cuenta que este rincón del mundo es el punto de partida de un paisaje que mezcla las condiciones más adversas y la cultura de nuestros antepasados.
Por Macarena Cifuentes V. / Fotografías Mauricio Escalona Photography
Cielos despejados, el sonido del viento en medio del barullo de idiomas que difícilmente se pueden diferenciar en medio del sol inclemente de la tarde y el profundo frío de la noche. Todas estas sensaciones se pueden sentir en un solo lugar: el pueblo San Pedro de Atacama, ubicado en la región de Antofagasta a 2.400 metros sobre el nivel del mar.
La mezcla de idiomas en San Pedro hacen de ésta una ciudad cosmopilita
Con un poco más de 2.500 habitantes, este lugar escapa totalmente de los cánones de belleza que otorga el sur del país o las costumbres criollas de Chile central. Su amplia gama de tonos cobrizos y café, el azul profundo de sus cielos despejados, las noches estrelladas conjugado con la escarpada geografía, son sólo algunas características que le otorgan el carácter místico que atrapa a jóvenes mochileros o extranjeros que van en busca de nuevos rincones y aventuras, así como también de científicos de todas partes del planeta que observan el universo en los cielos más nítidos del mundo.
Este lugar escapa totalmente de los cánones de belleza que otorga el sur del país o las costumbres criollas de Chile central.
Destaca el proyecto ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), que en conjunto con la comunidad internacional de Europa, Norte América, Asia y Chile es el proyecto astronómico más grande del mundo. ALMA será un telescopio de diseño revolucionario compuesto por 66 antenas localizadas en la llano del Chajnantor a 5.000 metros de altitud.
Para muchos, este rincón empinado es el punto de partida de quienes se aventuran a apreciar la belleza que otorga su propia comunidad, su invaluable legado arqueológico y la naturaleza propia de un oasis conformado por diversas culturas en el desierto más árido del mundo.
CUNA DE LOS ATACAMEÑOS
No tan sólo de desierto vive San Pedro. Este oasis ha sido testigo de miles de años de vida atacameña y que nos ha dejado como patrimonio su legado cultural y forma de vida que aún sigue siendo motivo de estudio para especialistas y académicos de la zona.
Se estima que hace unos once mil años atrás se asentaron los primeros pueblos en el extremo norte de Chile, escogiendo precisamente la zona de la puna y las quebradas del desierto de Atacama.
Paisaje típico de la zona de San Pedro de Atacama
El pueblo atacameño llegó a ser el pueblo precolombino más desarrollado de Chile, por su gran conocimiento de la agricultura, considerando que no existen condiciones favorables ni mucho menos tierra fértil. A pesar de la adversidad, el pueblo elaboró terrazas de cultivo en los faldeos de los cerros, donde se produjo siete variedades de maíz, quínoa, frijoles, tunas, algodón, calabazas, papas, porotos, entre otros. Además de la domesticación de animales altiplánicos como las llamas y alpacas para su consumo o medio de trasporte.
Con este gran legado, el museo arqueológico “R. P. Gustavo Le Paige” es un imperdible de San Pedro. Gracias a la obra de este padre jesuita, se muestra a la comunidad la historia y piezas de incalculable valor arqueológico que muestran la forma de vida de un pueblo que desde sus inicios fue considerado pacífico, incluso con la llegada de Diego de Almagro y de Pedro de Valdivia.
EL PUEBLO
Es el punto de partida de quienes llegan desde Calama y el centro neurálgico de los diversos tours en los alrededores. La intensa vida bohemia, los restaurants que dan homenaje a los productos autóctonos y la principal central de abastecimiento y hospedaje de esta lejana localidades transforman a este pueblo como el principal cetro de intercambio cultural entere chilenos, atacameños y extranjeros.
Tiendas de artesanías abundan en la zona.
Además, el pueblo es la mezcla perfecta con la artesanía local y la que proviene de Bolivia y Perú. Su elaboración es una tradición que se ha traspasado como un rito ancestral de generación en generación. Entre sus creaciones más representativas encontramos finos tejidos en lana de llama y alpaca, así como de oveja.
Hoteles de lujo, hostales, cabañas y hasta sitios para acampar, son prueba fehaciente que la oferta turística va en aumento.
Es así como el pueblo observa que el interés turístico ha llevado a desarrollar económicamente un espacio que se niega a transformarse en un pueblo fantasma como otras ciudades que se ubican a su alrededor. Hoteles de lujo, hostales, cabañas y hasta sitios para acampar, son prueba fehaciente que la oferta turística va en aumento, lo que conlleva ciertas dificultades, como por ejemplo la escasez del agua y la basura de sus visitantes.
Coexisten la pobreza y los lujosos hoteles en San Pedro
LOS PAISAJES VECINOS
Rodeados por las cordilleras de Los Andes y Domeyko, la falta de agua, la actividad volcánica y la presencia de grandes y pequeños salares dan un entorno increíble, que ofrecen al visitante variados atractivos como el reconocido Valle de la Luna, Toconao, el Salar de Atacama y Los Géiseres del Tatio.
El valle de la Luna se ubica en la zona de la Cordillera de la Sal. Para nadie es sorpresa que la superficie se asemeja al satélite lunar, lo que le ha valido no sólo el interés local y foráneo por su belleza sino también de científicos que ven este pequeño pedazo de universo en una oportunidad para aprender y experimentar en beneficio de los avances astronómicos o de la tecnología espacial.
Este sitio fue formado a lo largo de milenios por la erosión fluvial y eólica, las que han tallado su suelo con formas tales como crestas con puntas, hondonadas, y montículos de colores grises y ocres, lo que le da aquella apariencia tan característica.
El pueblo de Toconao está ubicado en la precordillera andina a una altura de 2.500 m sobre el nivel del mar. El lugar es conocido por el ordenamiento que le dieron los antiguos pobladores, además de que está construido enteramente de piedra liparita, un material que mantiene temperado el interior.
Torre Campanario en Toconao.
La Torre Campanario, la iglesia del pueblo, es un ejemplo vivo de que la artesanía local ha sido fundamental en la construcción de su pueblo como también de su estilo de vida. También se le conoce por los callejones de los huertos y en los alrededores, la Quebrada de Jeréz, con los peculiares petroglifos.
El imponente Salar de Atacama, un enorme lago escondido bajo un grueso manto blanco de sal. Está ubicado en el centro del desierto y es otro gran atractivo de la zona.
El volcán Licancabur al fondo del desierto.
Muchos campos de sal y lagos salados son abundantes en este lugar. Es conocido además por sus fuertes vientos debido a la proximidad del Océano Pacífico y la Cordillera de los Andes.
Los violentos chorros de agua hirviente es uno de sus principales atractivos del Tatio
Los Géiseres del Tatio se ubican a 4.321 m de altura, en medio de un campo geotérmico rodeado de altas cumbres nevadas. Los violentos chorros de agua hirviente es uno de sus principales atractivos que dan rienda suelta a la imaginación de quienes presencian la escena como sacada de otro planeta posee más de 80 géiseres activos, el 8% de los que hay en el mundo. A pesar del número de géiseres, las erupciones no son de gran altura, alcanzando una media de 75 centímetros.
Zorro atacameño el el Taito
