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Casas con casi un siglo resisten entre edificios del desarrollismo

enero 7th, 2016 | by admin
Casas con casi un siglo resisten entre edificios del desarrollismo
Internacional
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En la ciudad conviven edificaciones de finales del siglo XIX y principios del XX junto a grandes bloques de pisos.

Todas las autoridades locales de Santiago se empeñaron a lo largo de los años en la protección estricta de su casco histórico para garantizar que las futuras generaciones pudieran disfrutar de una joya arquitectónica de valor incalculable. El empeño tuvo, sin duda, la mejor de las recompensa. Sin embargo, el celo aplicado para salvaguardar las edificaciones de intramuros no fue el mismo a la hora de impedir que la piqueta derribara edificaciones de finales del siglo XIX y principios del XX también de gran valor. El caso más sonado es el edificio Castromil, pero otros muchos siguen en pie por el tesón de sus propietarios.

En el Ensanche, solo el deseo de sus dueños evitó que se perdieran para siempre casas de los arquitectos Bermejo Arteaga, M. Prado y Vallo y García Vaamonde, en la rúa do Hórreo. Unas construcciones fechadas entre los años 1878 y 1890 que llaman la atención por sus peculiares galerías acristaladas. Estas casas resisten oprimidas entre grandes bloques de pisos, construidos durante el bum urbanístico del Ensanche iniciado en los años 60 y culminado en los 80 con mayor o menor acierto. También la huella de Banet y Díaz Varela sigue en pie en la rúa Montero Ríos, concretamente en el número 10. Este edificio de 1945 no sufrió las consecuencias del desarrollo urbanístico desenfrenado al que fue sometida la calle Montero Ríos, una de las más comerciales de la ciudad. Este inmueble inicialmente fue diseñado con soportales, pero una modificación de la ordenanza permitió que sus promotores recibieran permiso para el cierre de la fachada. Otro ejemplo de resistencia frente al bum urbanístico del Ensanche es el número 13 de Monteros Ríos, donde una pequeña casa de bajo comercial y una planta de J. López de Rego (1923) se mantiene en pie rodeada de dos edificios de más de seis plantas.

Tampoco la rúa Xeneral Pardiñas se libró de la locura urbanística de los 60-70 y también en esta calle hay casos de viviendas que siguen en pie y mirando desde abajo a las torres contiguas. Un ejemplo es el edificio del número 13 de esta calle, diseñado por Jenaro de la Fuente (1929), que acoge en su bajo el comercio de Sanitarios Otero.

En los barrios tradicionales también hay ejemplos llamativos de la convivencia entre construcciones del siglo XIX y principios del XX junto edificios levantados durante el bum urbanístico de los 80 y 90. En Conxo, concretamente en Sánchez Freire, sorprenden dos pequeñas casas flanqueadas por dos bloques y enterradas con respecto a la calle. También en A Choupana, casi llegando al Hospital Gil Casares, una pequeña casa de bajo y primera planta resiste en pie, posiblemente porque sus propietarios no quisieron ceder a la presión vivida por el barrio hace décadas y más recientemente.

 

 

 

Fuente: La Voz de Galicia

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