Su nombre es largo, pero su objetivo es simple y claro: mitigar el impacto ambiental de los residuos mineros en el norte de Chile. El proyecto “Desarrollo de un prototipo de ladrillo ecológico geopolimérico a partir de relaves de cobre y agua de mar” nace de hace dos años desde el trabajo de un equipo de investigadores de la Universidad de Antofagasta -específicamente del Departamento de Ingeniería de Minas- en colaboración con investigadores de la Universidad de Kajaani (Finlandia), en asociación con empresas constructoras de Tocopilla.
Está financiado por Fondef-Anid y se adjudicó en el marco del Concurso Idea I+D 2021, que tiene una duración de 2 años. El proyecto surge a partir del problema ambiental que existe en algunas comunas de la Región de Antofagasta (por ejemplo, Taltal o Tocopilla), dada la existencia de residuos mineros abandonados. “Si se tiene éxito, se podrá contribuir a mitigar el impacto que eventualmente estos residuos tienen sobre la población y además demostrar que es posible valorizarlos, mediante su conversión en materiales de construcción seguros y con menor huella ambiental que los convencionales”, asegura en entrevista con Corporacion Alta Ley, Arturo Reyes, profesor asociado del Laboratorio de Residuos Mineros y Nuevos Materiales de la Universidad de Antofagasta y director del proyecto.
El académico explica que además de dar solución a un problema ambiental, esta iniciativa también permite crear un nuevo producto que es de gran utilidad para el rubro de la construcción y, en un mediano o largo plazo, se podrá ingresar al mercado, previo cambio de las normativas respecto de los materiales aceptados para la construcción.
“En la Región de Antofagasta, la construcción de una vivienda puede ser alrededor de un 20% más caro que en otras zonas del país. Nuestro prototipo de bloque geopolimérico contribuye a realizar una construcción en menor tiempo y otras ventajas ambientales, incluso si su costo fuese mayor que un bloque de cemento portland”, explica Reyes, quien detalla algo más sobre esta innovadora y sustentable solución para la industria minera y de la construcción.
-¿Cuáles han sido las etapas de desarrollo del proyecto?
-El proyecto comenzó con la realización de campañas de muestreo de residuos mineros, la caracterización físicoquímica y la evaluación del potencial que cada relave obtenido pudiere tener para ser usado como materia precursora en la síntesis de bloques geopoliméricos. La etapa final en la que nos encontramos considera la construcción de una unidad estructural, que demuestre su factibilidad de uso, y que será mostrada a las autoridades del área minera, medio ambiente y de la vivienda, entre otros.
-¿Por qué para la industria minera era importante contar con un proyecto de esta envergadura?
-Al generar conocimiento sobre el potencial que tienen los relaves mineros, la tecnología desarrollada puede tener aplicación en ámbitos propiamente mineros como su uso en galerías, caminos, etc.
-¿Cuál es el principal aporte de este proyecto para el sector?
-Se dispondrá de más soluciones que contribuyan al enfoque de circularidad con la que la industria minera está comprometida, ya que los materiales desarrollados en este proyecto se caracterizan por tener menor huella ambiental que los cementos convencionales, al hacerse entre otras cosas, con agua de mar o salmueras como fuentes de agua y cuya síntesis se hace a temperatura ambiente y sin someter las materias primas a procesos de conminución.
-¿Cuál es el estado actual del proyecto y sus futuras metas?
Se está en la etapa final de construcción de una unidad estructural y, en lo posible, la construcción de un prototipo de vivienda. Esto se hará en la planta piloto que tenemos en Tocopilla.
Fuente: Portal Minero
