Suelo decir que uno de los grandes cuellos de botella de la construcción civil es la escasez de mano de obra cualificada. Ya sea por el envejecimiento de la mano de obra, la falta de formación adecuada, los bajos salarios o la falta de interés de los jóvenes por seguir una carrera en este campo, lo cierto es que el panorama genera una serie de problemas que afectan a la eficacia de los proyectos de construcción, aumentan los plazos y los costes, e incluso comprometen la seguridad.
Creo que la solución para este gran dolor del sector está en la industrialización de los procesos. La adopción de soluciones industrializadas puede resolver problemas prácticos de falta de mano de obra porque ayuda a eliminar pasos en la instalación y reduce la necesidad de tanta gente en la obra. También evita errores, elimina residuos y reduce el consumo de material.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la industrialización de los procesos debe ir acompañada de estrategias claras, un liderazgo activo y operaciones bien gestionadas, por mucho que la tecnología actúe para facilitar los procesos. En el mercado de la construcción, la industrialización tiende a ser el futuro, pero la competencia y la experiencia concreta en ingeniería siguen siendo esenciales y no pueden sustituirse.
Podemos recordar, por ejemplo, Katerra, la mayor startup del sector de la construcción, que se fundó en 2015, recaudó 2.000 millones de dólares de inversores, pero no salió adelante. En este caso, la gran expectación generada por el uso de la tecnología acabó dejando espacio al desconocimiento del mercado y de los proyectos reales en ingeniería y construcción.
Por eso es esencial que la industrialización de los procesos venga acompañada de productos totalmente probados antes de pensar en la escala. En este campo, incluso por razones obvias de seguridad, no es posible lanzar al mercado y probar lo que aún no está maduro como hacen normalmente las startups.
La experiencia y la gestión eficiente deben ir de la mano de la industrialización para que el dolor del mercado pueda aliviarse de forma eficiente y segura. Recordemos que el gran reto del sector no está en las operaciones de oficina, sino en la obra, y la industrialización de los procesos viene a satisfacer muy bien esta demanda.
No podemos olvidar, sin embargo, que muchas empresas se han ido posicionando en el mercado vendiendo soluciones y tecnología, una verdadera revolución, pero olvidando que el gran cuello de botella está en la ejecución, en la mano de obra y en la gestión del día a día.
Fuente: CLA
