Zhengzhou es una gran metrópolis con alta tasa de crecimiento. Por ello, el ritmo de formación de nuevos barrios es sorprendente. Para potenciar la relación entre las personas, el equipo de diseño del proyecto de Pulo Market se centró en promover la interacción entre los habitantes y ayudar a crear un sentido de pertenencia. Generar una conexión emocional y nuevos recuerdos. Un sentido de comunidad que muchas veces se pierde en la vida urbana.
La imagen principal del proyecto viene dada por sus grandes cubiertas realizadas en madera. Cubren los diferentes volúmenes en los que se disgregó la manzana, devolviendo al conjunto la uniformidad.
El mercado se organiza 2 plantas, con un total de 4.200m2. Con puestos de venta minorista diaria de productos alimenticios y patio de comidas, bares y cafeterías.
Desde el punto de vista programático el proyecto se divide en 2 bloques en forma de L, que generan entre ellos un recorrido interior en zigzag. Conecta las 2 entradas principales al tiempo que genera un espacio interior.
Lo más destacado del proyecto son las grandes cubiertas con estructura de madera vista. Pese a su tamaño, se trata de una estructura de gran ligereza. Esto se logró utilizando un encasetonado. Es decir, una red homogénea de vigas perpendiculares entre sí, de igual canto.
Este tipo de estructura se caracteriza por su homogeneidad. Es capaz de cubrir grandes luces, lo que la hace muy adecuada para proyectos de tipo público. Se utilizaron para ello vigas de gran canto realizadas con madera laminada de abeto.
Las cubiertas se sostienen mediante una red de columnas cruciformes. Estas están conformadas por perfiles metálicos recubiertos de madera en su mayor parte. Así se refuerza la calidez de la madera vista de los techos.
A simple vista se pueden apreciar las piezas de metal que permiten el ensamble entre los diferentes elementos estructurales: entre las vigas de madera, entre columnas y vigas, y resuelven de igual modo el encuentro de las columnas con la cimentación.
La red de pilares que sostienen los techos genera en planta una cuadrícula. Un espacio neutro y flexible, que puede adaptarse a posibles modificaciones futuras en los usos.
De esta manera, los proyectistas plantean una serie de cajas modulares, que son las que albergan los negocios particulares. Estos elementos de madera de carácter prefabricado se adosan a la estructura principal y le confieren una escala más humana. Un diseño simple y modular que favorece la adaptación o incluso un posible crecimiento futuro.
Las envolventes verticales de todo el conjunto son vidriadas, por lo que los espacios, exterior e interior, se difuminan de manera gradual. Además dota al espacio de una gran luminosidad. Incluso las barandillas están realizadas con vidrio, dejando todo el protagonismo a la madera.
En el diseño de los interiores, tanto el material de los recubrimientos como del mobiliario, está realizado íntegramente en madera. Un cuidado diseño de la iluminación acompaña al ambiente cálido que se genera.
Gracias a toda esta transparencia los grandes techos se perciben ingrávidos, flotantes. Esto además le da al edificio una gran sensación de horizontalidad. Esta imagen nos aproxima a la arquitectura tradicional china, donde precisamente, lo horizontal y las grandes techumbres son los elementos más característicos.
Un concepto que se tuvo muy en cuenta en la génesis del proyecto fue la atención a los aspectos paisajísticos. La integración de la naturaleza dentro de la obra es una herramienta de mejora de la calidad de los espacios urbanos.
Al estar ubicado junto a una gran zona verde, el Central Park, esta situación privilegiada se utilizó como herramienta de proyecto: se tomó “prestado” el paisaje exterior para dialogar con el entorno.
Desde la plataforma situada en el segundo piso, los usuarios pueden asomarse a las vistas del parque. También la naturaleza se introduce dentro del recorrido y del patio interior. Así, y también gracias a la transparencia antes mencionada, se logra que lo material se diluya y que espacios interiores y exteriores se confundan.
Los encargados del paisajismo fueron Horizon & Atomesphere Landscape. En sintonía con el concepto arquitectónico del proyecto, se pretendía crear un entorno que pueda formar recuerdos, resolver las “pequeñas cosas de la vida” desde la perspectiva del paisaje.
La zona donde se encuentra Pulo Market, es un área recuperada, un corredor ecológico donde se construyó un barrio residencial para inmigrantes. Este concepto de lo sostenible, del respeto al medioambiente, se tomó también para el proyecto del mercado.
La madera como material de construcción es la mejor opción para lograr reducir la huella de carbono. A esto se suma el hecho de que la utilizada para la estructura del mercado, es reciclada.
Para la pavimentación de los recorridos que atraviesan la manzana del mercado, se utilizó grava. Sus ventajas ecológicas son fundamentalmente la permeabilidad al agua. La porosidad de este material permite que se absorba con rapidez el agua de la lluvia.
El concepto de sostenibilidad para el equipo de diseñadores responsables, pasa también por lo social. La firma a9a Architects, dirigida por el arquitecto Jio Li apuesta por una arquitectura que suponga una contribución positiva al mundo que nos rodea.
“Creemos en los proyectos que devuelven algo a la ciudad. Cambiando la jerarquía entre lo público y lo privado podemos abrir el camino a una arquitectura basada en la interacción, el diálogo y el intercambio”. Así describen los arquitectos el concepto urbano aplicado en el mercado.
La formación de identidad, la creación de recuerdos colectivos y el sentido de permanencia son algunos de los conceptos que le dieron forma a la idea. Su materialización logró que el mercado se convirtiese en el centro vital del vecindario.
Fuente: Madera 21
