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Chiloé la isla de los mil y un contrastes

septiembre 10th, 2015 | by Mauricio Escalona
Chiloé la isla de los mil y un contrastes
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La isla más grande del territorio chileno es también el lugar donde nunca acaban las sorpresas. Paisajes que escapan la imaginación, rincones de una belleza interminable, largas caminatas en rutas de naturaleza genuina, el inclemente frío que no da tregua y, como no, la desenfrenada urbanización con su vilipendiado mall, hacen que este terreno separado de Chile sea un lugar que nunca se detiene en capturar la atracción de quienes tienen el honor de visitarla.
 
Por Macarena Cifuentes y Mauricio Escalona / Fotografías Mauricio Escalona Photography
 
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Catedral de Castro

Los turistas que visitan la isla grande de Chiloé viajan con la premisa de que el lugar es “mágico”. Más allá de los diversos mitos y leyendas que se tejen por años en esos rincones, lo cierto es que este lugar del sur de Chile no está alejado de esta denominación tan sublime. Por esta razón, no es de extrañar que miles de extranjeros y compatriotas se sientan tan atraídos por una tierra que no descansa en entregar hermosas postales y recuerdos que difícilmente serán olvidados.

 

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Palafitos en Castro

La isla ofrece un sinfín de rutas que permiten descubrir la idiosincrasia, cultura, historia y por supuesto, una naturaleza indomable que no deja de impresionar.

Castro, La ciudad de la diversidad

Es el punto de partida de quienes desean conocer por completo la isla, más aún con la puesta en marcha después de 40 años de abandono del Aeropuerto de Mocopulli, construido cerca de Dalcahue y que viene a reemplazar al frustrado intento por construir un puente sobre el Canal de Chacao.
El nuevo aeropuerto no sólo ha facilitado las conexiones con el continente de los chilotes, sino también ha abierto las puertas para tener una mejor calidad de vida de quienes debían luchar a diario por tener mayor acceso a los insumos necesarios que sólo existen en el continente.

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Aeropuerto Mocopulli

Sin duda, Castro es el epicentro de la urbanización chilota pero que se niega a abandonar las típicas postales que hacen famoso este lugar del sur del país: sus palafitos, la llamativa y añosa catedral, sus diversos mercados entre otros lugares de gran atracción turística. Pero sin duda, a esta ruta obligada de los turistas se sumó hace algunos años una de las construcciones más polémicas del país: el Mall de Castro.

Para bien o para mal, el nuevo coloso que ha sido blanco de críticas por varios arquitectos, urbanistas y, en general, la sociedad chilena, aparece en medio de las tradicionales edificaciones chilotas como un atractivo más de la isla. Los isleños son categóricos en defender su centro comercial, ya que para ellos es un derecho que se han ganado. La sola idea de contar un lugar de encuentro techado donde convergen tiendas, servicios, comida y recreación, hacen de éste nuevo espacio un lugar muy apreciado por ellos.

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Mall de Castro

De hecho al caminar por las cercanias del mall, es practicamente imperceptible a escala humana, pero desde la entrada principal a Castro, se puede observar una enorme construcción que escasamente tiene relación con su contexto y desentona completamente. Nuestra conclusión es, ¿por qué no se diseñó con mayor respeto al entorno? ¿Por qué la economía gana a la arquitectura? Finalmente el mall ha llegado para quedarse de mala o buena manera, pero no se moverá.

Dalcahue e Isla de Quinchao

Siguiendo con nuestro recorrido, Dalcahue es sin duda alguna un lugar caracterizado por su impulso al turismo, mercados, artesanías y acceso principal a la isla de Quinchao y a sus pueblos de Curaco de Vélez y Achao. Entre sus atractivos destaca las iglesias que son parte del Patrimonio de la Humanidad, como la de Dalcahue, Achao y
Chullec, además de 2 iglesias con la misma antigüedad como la Iglesia de Calen y Quetalco.

Otro atractivo urbano del pueblo que se destaca todos los días, especialmente cada domingo, es la feria de la localidad que reúne a los artesanos y gente de diferentes islas y pueblos cercanos, ya que posee en su costanera una gran “Feria Artesanal” diseñada por los arquitectos Edward Rojas y Renato Vivaldo, la cual fue construida a fines de la década de los años ‘70.

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Iglesia de Dalcahue

Esta ruta invita a sus visitantes a no sólo visitar su valiosa artesanía, sino también su tradicional cocina y dulces chilotes. Este lugar es el principal medio para transportarse a la isla de Quinchao, un trayecto que no demora más de 5 minutos y que se realiza a través de un transbordador. Llegando a la zona, está el Museo Almirante Galvarino Riveros, una réplica de la casa donde nació el héroe de la Guerra del Pacífico responsable de la captura del Huáscar.

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Iglesia de Achao

Luego, se llega a Curaco de Vélez, un antiquísimo poblado que a mediados del siglo XIX fue un lugar de ganaderos, balleneros y marinos. Hoy aún quedan sus bellas casas hechas con tejas de alerce como testimonio de aquella prosperidad. También, la localidad es conocida por una extensa tradición de maestros, carpinteros, constructores de barcos y casas.

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Iglesia Chullec

Parque Nacional de Chiloé

La inmensidad y contraste de este parque transforman este rincón en un lugar obligado para quienes admiran la naturaleza en su máxima expresión. Este parque, que se sitúa en el sector occidental de la Isla Grande de Chiloé, es una prolongación de la desmembrada cordillera de la Costa. Sus 43.057 hectáreas de extensión, forman un importante refugio para especies forestales de bosques verdes y diversos animales. Dividido en los sectores de Cehpu, Metalqui y Anay, el Parque Nacional Chiloé cuenta con un impresionante relieve de bosques verdes  y con múltiples ríos torrentosos y lagos.
Su gran dimensión hace imposible recorrer el lugar en tan sólo un día, aunque su belleza natural impresiona por los contrastes de colores en su paisaje y el intenso mar que está ambientado en un inclemente frío que no da tregua.

Playa Mar Brava, La cuna de las piedras basales

Después de viajar desde el Parque Nacional de Chiloé, la ruta continúa hacia el noroeste de la isla a 21 Km. de Ancud. En esta playa se muestra la furia del Océano Pacífico en cuyo extremo sur se ubica la Piedra del Run.
Esta se sitúa en medio de quebradas de gran profundidad y debe su nombre al ruido que el oleaje marino y el viento sur producen al chocar con la enorme piedra.

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Caleta Playa Mar Brava

Al norte se encuentra los roqueríos y caleta de Polocué. En este tramo, los caminos se hacen más dificultosos en donde es casi imposible llegar por otro medio que no sea un “todo-terreno”. Este recóndito lugar es muy poco conocido por los extranjeros pero que es muy recomendado por los isleños gracias a sus únicas “piedras basales”, exclusivas en el mundo y que brillan por su curiosa forma de “panal” y perfecto orden. Los lugareños cuentan que estas piedras datan desde el inicio de la creación del planeta y llama mucho la atención su singular forma geométrica que no tiene mucha explicación. Por lo menos, el hecho de estar bastante escondidas, ha permitido su conservación a la fecha.

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Piedras Basales

Al sur de Playa Mar Brava se encuentra la Bahía de Puñihuil donde se encuentra el restaurant del mismo nombre y se puede gozar de las empanadas de mariscos más ricas de la zona. A un costado del restaurant se encuentra un mirador que tiene una vista de 360 grados a la bahía y la isla grande.

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Bahía de Puñihuil

Siguiendo nuestro recorrido hacia el noroeste, se llega al Fuerte Ahui ubicado en la península de Lacuy a 40 Km. de Ancud. Fue construido en el siglo XVII en piedra Cancagua, posee 11 cañones, un polvorín y calabozo. Verdadera llave del puerto y consecuentemente de todo el sistema defensivo de la isla. Fue construido sobre los planos del ingeniero Miguel de Zorrilla en un escarpado lugar a 33 metros de altura, usado hasta 1826 cuando la isla fue liberada del dominio español e integrada al territorio chileno.

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Fuerte Ahuí

Península de Rilán

Distante a tan solo 10 km. al noreste del centro de la ciudad de Castro por un camino asfaltado sinuoso lleno de contrastes entre el azul del cielo y el verde de las praderas, yendo hacia la comuna de Dalcahue y que da comienzo a la península de Rilán, la cual alberga en su interior varios villorrios como Quilquico, Yutuy, Curahue y el pueblito de Rilan, lugar donde aún se conservan costumbres y tradiciones de antaño. El avistamiento de aves en los Humedales de Putemun y Puyao son dos excelentes alternativas para observar aves tan emblemáticas como los Zarapitos, Flamencos y Cisnes cuello negro entre otras.

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Península de Rilán

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