Pese a la fuerza que cobró la guerra comercial entre China y Estados Unidos, el ánimo en las empresas chilenas tuvo una mejora en el mes de agosto. El Indicador Mensual de Confianza Empresarial (IMCE), el cual mide el nivel de optimismo que los ejecutivos y dueños de compañías tienen sobre el futuro de la economía y de sus firmas, subió en 0,66 puntos, con lo que llegó a 51,02 puntos. Con ello, se aleja levemente de los 50 puntos, nivel bajo el cual las expectativas pesimistas superan a las optimistas, de acuerdo a la metodología del reporte preparado por Icare y la Universidad Adolfo Ibáñez.
La explicación, según expertos, se debe a la evolución de la agenda económica interna. “La leve mejora de agosto de 2019 revela que el sector privado y los agentes económicos son sensibles a los cambios positivos de las señales que emiten el Gobierno y el Congreso”, dice Raimundo Valdés, country head Chile de CompassGroup. “Es posible atribuirla a la aprobación, en general, de la reforma tributaria en la Cámara de Diputados y a la presentación por parte del Ejecutivo de un conjunto de iniciativas destinadas a fortalecer la actividad económica. Los agentes económicos valoran la concreción de políticas de acuerdo, particularmente en tiempos de incertidumbre económica”.
Coincide con esto el académico Alejandro Montecinos, investigador de la Escuela de Negocios de la U. Adolfo Ibáñez y director ejecutivo de su Centro de Economía y Política Regional (CEPR). “Estos datos son consistentes con el avance del trámite legislativo de la reforma de pensiones y tributaria”, dice. “Además, contribuyen a esta mejora los factores que subyacen tras el aumento de la estimación del PIB tendencial y lo que muestran los datos sectoriales, que auguran un mejor Imacec para julio”, explica.
La mejora se da pese a la caída en indicadores relevantes durante el mes, como los valores en la Bolsa de Santiago, donde el IPSA llegó a caer más de 7% durante el mes, aunque se corrigió en parte en las dos últimas jornadas del mes.
El alza mensual radicó en dos sectores: la construcción y la industria, los que subieron en torno a 1,5 puntos con relación al mes previo. “Hay que mencionar que, a pesar de este repunte, ambos sectores, construcción e industria, aún se mantienen pesimistas, mientras comercio, por otro lado, continúa rondando en torno al nivel considerado como neutral”, señala Macarena García Aspillaga, economista senior en Libertad y Desarrollo.
Por su lado, el sector comercio se mantuvo en el mismo valor del mes anterior (50,62 puntos), mientras que minería tuvo un descenso. “Esto puede ser reflejo tanto de las perspectivas de reducción del precio del cobre en el futuro como del recrudecimiento de la guerra comercial entre China y EE.UU.”, indica Montecinos, de la U. Adolfo Ibáñez, y advierte. “Dado lo anterior, el aumento promedio de la confianza hay que tomarlo con calma. Para el próximo mes hay que estar atento a cómo el mercado internaliza la tensión existente entre el Ejecutivo y la oposición, así como el recrudecimiento de la guerra comercial. Siendo una economía abierta y pequeña, Chile requiere de la estabilidad de las condiciones que rigen el comercio internacional”.
Este indicador es utilizado por economistas por su estrecha relación con el desempeño de la actividad real. Esta muestra una prolongada debilidad, lo que coincide con los bajos niveles de optimismo o pesimismo de los últimos cinco años. “Más allá de los innumerables shocks acontecidos desde finales del 2013, un elemento que cruza transversalmente todo este período ha sido la falta de iniciativas que promuevan la actividad empresarial y que mejoren la capacidad de crecimiento”, afirma Montecinos. “En este punto estamos aún al debe”, agrega.
Fuente: El Mercurio Inversiones
