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Ecobarrios de madera: Ahorro energético y económico para familias vulnerables

marzo 29th, 2018 | by admin
Ecobarrios de madera: Ahorro energético y económico para familias vulnerables
Construcción
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Los ecobarrios son proyectos urbanísticos que permiten cuidar la biodiversidad y, a la vez, mejorar la calidad de vida de sus habitantes aprovechando las ventajas que ofrece su entorno. 

El director del Centro de Investigación en Tecnologías de la Universidad del Biobío, CITEC, Ariel Bobadilla, sostiene que estos proyectos favorecen la economía familiar mediante una reducción del gasto energético en calefacción, cercano al 50%; aprovechan las características térmicas y la cualidad habitable que aportan las viviendas en madera; y recuperan sistemas de vida comunitaria privilegiando el entorno.

Estas construcciones, que tienen a la madera como materia prima, generan amplias oportunidades para el país, considerando que Chile tiene una gran superficie de bosques productivos. Francisca Lorenzini, Gerente de Madera21 de CORMA, destaca que “hoy Chile es un gran productor de madera, pero sólo un 18% de las edificaciones en nuestro país se realizan con en este material”.

Para revertir esta tendencia, la ejecutiva, arquitecto de profesión, indica que Madera 21 en alianza con el Centro de Innovación en Madera de la Universidad Católica -CIM UC-CORMA- y el Ministerio de la Vivienda están desarrollando proyectos sustentables en madera: los ecobarrios.

Precisamente, uno de los proyectos más emblemáticos es un conjunto de 352 viviendas de tres, dos y un piso del también llamado “Barrio ecosustentable” que entregó, a principios de marzo, a familias de la comuna de Chañaral que resultaron damnificadas por los aluviones del 2015.

La iniciativa, que vinculó al Ministerio de Vivienda, CORFO y CORMA, permitirá a sus habitantes contar con una vivienda con patios, terrazas, paneles fotovoltaicos para obtener energía eléctrica y paneles solares para tener agua caliente, reciclaje de aguas domésticas para regar plazas y huertas comunitarias, urbanización de alto estándar y áreas verdes.

La ejecutiva detalla que para los Barrios Ecosustentables de Chañaral y Salado se generó una virtuosa alianza entre el sector público, el sector privado y la academia, que permitió viabilizar un proyecto que tenía como propósito mejorar la habitabilidad y la manera de convivir entre sus habitantes. Parte importante de este proyecto fue la participación de los vecinos, quienes fueron entregando su “feedback” en las distintas etapas de anteproyecto. Fueron ellos finalmente los que dieron el visto bueno para que el proyecto se realizara en madera.

Otro ámbito relevante a destacar en esta experiencia es el gran desafío de coordinación que significó, ya que hubo que generar un encadenamiento entre empresas, Pymes y proveedores que permitió desarrollar el proyecto -en gran parte- de manera industrializada y prefabricada.

“Este gran trabajo colaborativo, que se suma a proyectos de distintos organismos y universidades que vienen trabajando hace muchos años con madera, tiene como desafío convertirnos en un referente a nivel mundial de generación de proyectos sustentables e innovaciones con este material tan adecuado para ello: un recurso natural renovable y disponible en Chile, como es la madera”, sostiene Lorenzini.

La idea de promover el uso intensivo de la madera en viviendas de calidad no es nueva. El primer “Ecobarrio chileno” fue un pionero proyecto habitacional en Temuco, construido el 2013, conformado por 17 viviendas, de 51 metros cuadrados, provistas de colector solar. El énfasis en esta experiencia se puso en el mejoramiento de la eficiencia energética de las construcciones, idea que- por esos días- surgió como una respuesta concreta para enfrentar el Plan de Descontaminación decretado para una de las comunas que lidera el ranking de zonas más contaminadas de Chile.

Detrás de esta solución habitacional, dirigida a familias vulnerables a través de un Fondo Solidario de Viviendas (FSV), estuvieron el Ministerio de Vivienda, la Cámara Chilena de la Construcción y el Centro de Investigación en Tecnologías de la Construcción (CITEC) de la Universidad de Biobío, que participó en su diseño y posterior control de calidad de las obras durante la fase de ejecución.

A cuatro años de la entrega de las viviendas del llamado “Condominio Ecológico Nuevo Mundo”, el director del CITEC, Ariel Bobadilla, destaca que el principal beneficio del conjunto habitacional “es que se logró un diseño que permite que las viviendas demanden a lo menos la mitad de la energía necesaria para calefaccionar que requieren edificaciones comparables del entorno. En términos sencillos, se pasó de tener un auto que rinde 10 kilómetros por litro de bencina, a otro que rinde el doble”.

Por ello, destaca que el uso de la madera como materia prima es fundamental para obtener una vivienda sustentable, entregando rendimientos que otros materiales no alcanzan. Es precisamente la madera, destaca Bobadilla, el material que alcanza una eficiencia energética que permite un ahorro del 40% en la generación de agua caliente, y 50% en calefacción, es decir una demanda de calefacción menor a los 60 kwh/m2 al año, permitiendo a las familias lograr ambientes confortables a bajo costo.

“La madera es más fácil de utilizar y económicamente es más rentable alcanzar esos estándares, porque es un material naturalmente aislante. En este caso se incorporó la madera contralaminada, una tecnología nueva, existen algunas experiencias nacionales, pero no se ha masificado todavía”, destacó Bobadilla.

El proyecto habitacional, de un costo de 990 UF por vivienda, tiene otros atributos: altos estándares de protecciones higrotérmica que permiten reducir los riesgos de ocurrencia de condensación con sus fallas asociadas, y mejores estándares de hermeticidad al aire y protección acústica. Características todas medidas y certificadas al momento de su recepción.

“Son viviendas más aisladas térmicamente pero por sobre todo con una mejor capacidad para oponerse a las infiltraciones de aire, en consecuencia para limitar las pérdidas energética por este concepto”, precisa Bobadilla.

Para los impulsores de la ecoeficiencia estos barrios son un muy buen ejemplo, porque entregan una mucha mejor relación calidad- costo para un proyecto inmobiliario, satisfacen mejor las necesidades humanas y dan calidad de vida, al tiempo que reducen progresivamente los impactos ecológicos y la intensidad de uso de los recursos. A ello se suma que permiten estimular y promover la innovación y la competitividad y generar ingresos adicionales con el reciclaje y reutilización de desechos.

La sustentabilidad no puede ser concebida sin el uso de la madera, cree Ariel Bobadilla. Por ello, espera que proyectos como el condominio ecológico Nuevo Mundo “se masifiquen porque es una buena oportunidad para desarrollar finalmente la industria de la construcción en madera, y llegar a ocupar espacios más importantes que se merece la construcción en madera dada su característica, y que además favorecen al país. La construcción en madera permite alcanzar con mayor facilidad los estándares de ecoeficiencia”.

 

 

 

Fuente: EMB Construcción

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