El hormigón luminiscente es uno de los logros de la tecnología de la arquitectura de los últimos años, que ofrece nuevas y atractivas imágenes nocturnas de los elementos de construcción.
El hormigón luminiscente es uno de los logros de la tecnología de la arquitectura de los últimos años, que ofrece nuevas y atractivas imágenes nocturnas de los elementos de construcción.
El hormigón luminiscente puede obtenerse mediante la introducción de áridos luminiscentes en la masa del hormigón convencional. En este caso, el proceso consiste en aplicar los áridos sobre la superficie de hormigón tras su puesta en obra, con la intención de que las piedras queden en la superficie y puedan entrar en contacto directo con la luz natural.
Ello puede conseguirse introduciendo en la masa del hormigón retardantes del proceso de curado, de modo que pueda eliminarse la lechada superficial que cubre el árido, o mediante un pulido mecánico con discos de diamante de la superficie del hormigón una vez finalizado el proceso de curado.
Los usos o aplicaciones de la técnica pueden ser muy variados, pensados principalmente para superficies extensas de hormigón en zonas exteriores como recurso decorativo: pavimentos exteriores, senderos, parques, jardines, piscinas, etc.
Así mismo, puede utilizarse en la creación de mobiliario de hormigón prefabricado, tanto para exteriores como para interiores.
Los tamaños del árido pueden ser diversos, modificando el efecto conseguido, así como los colores, que varían desde los tonos claros durante el día a los verdes o azules durante la noche, aplicados sobre una masa de hormigón cuya tonalidad puede variar dentro de la gama de grises.
Los áridos son capaces de reflejar la luz absorbida durante toda la noche, tras una breve exposición a la luz natural o artificial, entre 15 y 20 minutos.
Es importante tener en cuenta la cercanía de otras fuentes de luz nocturna que puedan competir con la superficie de hormigón, disminuyendo la sensación de brillo procedente de la misma, o incluso eliminándola por completo.
Otra opción, que repuso una revolución tecnológica en 2015 es el hormigón elaborado con cemento luminiscente, creación del profesor José Carlos Rubio, investigador de la Universidad de San Nicolás Hidalgo en Michoacán.
Esta invención mejicana consiste el mexicano cambiar la microestructura del cemento, eliminando los copos de cristal que se forman cuando dan comienzo las reacciones químicas, permitiendo de ese modo que se gelifique por completo la masa. Al eliminar esos subproductos, el cemento reproduce un material fluorescente capaz de absorber energía solar durante el día y luego emitirla durante la noche.
No depende de la luz solar directa, siendo capaz de absorber energía suficiente incluso los días nublados para emitir luz durante toda la noche, incluso en estancias interiores.
El efecto que se consigue difiere del caso anterior en que la totalidad de la masa es emisora de luz, proporcionando una superficie por completo luminiscente.
Este hormigón destaca por algunas de sus excelentes propiedades, como su larga durabilidad, con una vida útil estimada de 100 años. Es totalmente ecológico y natural, está hecho de arena, polvo y arcilla, y durante su fabricación el único residuo que desprende es vapor de agua, menos contaminante que el cemento Portland, que libera CO2 , siendo uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero. Además, es fácilmente reciclable.
Como factor añadido destaca su capacidad de inhibir la proliferación y el crecimiento de hongos, por lo que es muy adecuado su uso en equipamientos sanitarios, etc.
