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La tecnología española que promete luchar contra la sequía en el mundo

enero 4th, 2018 | by admin
La tecnología española que promete luchar contra la sequía en el mundo
Tecnología
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La sequía amenaza con convertirse en la peor que ha azotado España desde que se miden los datos, pero hay una tecnología que se ha propuesto revertir la situación.

Los datos no son halagüeños. En España, la actual sequía amenaza con convertirse en la peor que ha azotado al país, superando incluso a la que sufrimos durante el periodo 1992-1995. Escasez de precipitaciones, pantanos que se vacían… Las condiciones no son buenas para el campo. Pero la tecnología siempre tiene una respuesta. Y, en el caso que hoy nos ocupa, es tecnología española para luchar contra un problema que es global.

No hablamos solo de un problema climático, ya que el aumento de la población también va a suponer un impacto en los recursos naturales. Según datos de la ONU, se espera que la población mundial alcance los 9.800 millones de personas en 2050 y se estima que la cifra se elevará a 11.200 millones en 2100.

Controlar el riego de una plantación de manera remota, promover el cultivo del champiñón (actualmente en declive en nuestro país), llevar un control del nivel de hidrógeno y de madurez de una uva, fomentar la adopción de cultivos a pequeña escala que utilizan un 90% menos de agua o plantar fresas en mitad de París son algunos de ejemplos de que la tecnología también pone su granito de arena para mejorar nuestra calidad de vida en el futuro y para hacer todavía más eficiente el trabajo en el campo.

Controlar el riego desde un móvil a bajo coste

Estás cansado de verlas por el campo cada vez que viajas en coche o en AVE. Esas enormes estructuras metálicas, paralelas al suelo y llamadas pivots, no son otra cosa que enormes regaderas que permiten bañar de agua vastas extensiones de terreno. Los llamados pivots de riego son una herramienta fundamental para el agricultor, pero una mala optimización de las estructuras puede acarrear grandes costes estratégicos.

En cada uno de esos pivots se instalan sensores de presión, de movimiento y de temperatura que funcionan con energía solar, y con la ayuda de una aplicación se informa al instante al agricultor del estado de su plantación.

Regar de noche provoca que un error en el sistema de riego pase desapercibido

El hecho de que el riego se suela producir de noche para ahorrar costes energéticos, provoca que un error en el sistema de riego pueda pasar desapercibido. “Se derrochan grandes cantidades de agua y de energía, además del perjuicio económico que implica el daño en la cosecha”, explica Jorge Luis Loza, ingeniero de BQ responsable del proyecto Gaia, un programa en el que trabaja la compañía española para acercar la tecnología al campo y mejorar así el rendimiento de las cosechas en áreas tan distintas como el riego o la que nos ocupa ahora: el cultivo de los champiñones.

BQ, junto a la fitosanitaria Cital, ha logrado reducir el coste de esta tecnología para que su precio sea de unos 600 euros por pivot frente a los 3.000 que suelen costar en la actualidad.

El regreso del champiñón

Las características especiales que necesita este hongo para crecer han provocado un declive en el cultivo de champiñones en España: “En el campo, solo crecen en sitios muy concretos, donde la luz incide poco y se dan unas condiciones de temperatura y humedad específicas”, explica Carlos López Mondéjar, director técnico comercial de Gurelan, que colabora con BQ en un proyecto para mejorar la productividad de la fábrica albaceteña Mercajucar.

El hecho de que una ligera variación en la humedad o la temperatura pueda echar por tierra una cosecha encarece los costes de una plantación industrial, por ello el equipo liderado por BQ está recabando ingentes cantidades de datos mediante sensores instalados en la fábrica para conocer con exactitud las condiciones idóneas de humedad, temperatura, cantidad emitida de CO2 y otros parámetros que posibilitan el óptimo crecimiento de estas setas.

 

Gurelan y BQ colaboran en un proyecto para mejorar la productividad de la fábrica Mercajucar

Además, esto ha permitido mejorar la calidad de los champiñones y su vida comercial útil.

Tanto este proyecto como el de los pivots se han pensado bajo la filosofía ‘open source’. “Nos permite poner soluciones a muchos de estos problemas con un coste menor y, además, hacerlo trabajando estrechamente con los usuarios que utilizarán las herramientas”, opina Loza.

Una excelente cosecha robótica

El vino es otro producto que necesita de unas características muy concretas. De ahí que la cosecha de un año a otro nunca sea la misma: la temperatura, la humedad o los fenómenos meteorológicos juegan un papel importante para que la vid dé sus frutos.

«El cambio climático está provocando que cada vez haga más calor y llueva menos, por eso es importante conocer el estrés hídrico de las viñas y el vigor de la vid”, explica uno de los responsables de Vinescout, un proyecto de la Universidad Politécnica de Valencia para crear un vehículo autónomo, que se mueve mediante energía solar y que permita ahorrar costes, tiempo y trabajo a los viticultores.

 

El cambio climático está provocando que cada vez haga más calor y llueva menos

¿Cómo? Mediante la medición del nivel de nitrógeno de las uvas y su punto de madurez en un proceso automatizado por el que es el vehículo, y no el agricultor, el que examina cada planta una a una.

El proyecto ha recibido fondos de Europa 2020 y en menos de tres años debería estar lista una versión comercializable del vehículo que, en la actualidad, trabaja en los campos de Symington, unas bodegas portuguesas conocidas por su oporto.

 

La agricultura más eficiente

En la primera película de ‘Superman’, Lex Luthor ansiaba crear nuevas tierras en un planeta donde todo el suelo estaba ya en manos privadas o estatales. Pero ¿qué pasaría si fuésemos capaces de optimizar el espacio que ocupa una plantación hasta reducirla a la mínima expresión?

Cropbox es capaz de condensar el equivalente a un terreno de 0,4 hectáreas en algo menos de 30 metros cuadrados. Según esta compañía, puedes ser capaz de recolectar hasta 5.000 kilos de verduras, algo más de 3.000 de fresas o hasta 140 toneladas de forraje en un espacio similar al del salón de tu casa.

 

¿Y si fuésemos capaces de optimizar el espacio de una plantación hasta la mínima expresión?

Todo ello, según sus responsables, con una disminución del 90% de agua y hasta del 80% de fertilizantes necesarios para llevar estas cosechas a buen puerto.

Puede que las grandes ciudades se hayan convertido en centros de polución, y no solo de población, pero ello no impide que haya colectivos determinados a recuperar actividades tradicionales como la agricultura.

 

Fresas con acento francés

Es el caso de Agricool, una granja en pleno centro de París creada por Gonzague y Guillaume, con la que pretenden recuperar frutas y hortalizas que promuevan el comercio local y de calidad. “Somos hijos de agricultores y nuestras infancias estuvieron repletas de excelentes frutas y hortalizas. No queríamos dejar de comer alimentos saludables cuando nos mudamos a la ciudad y, por ello, inventamos un sistema para poder cultivar productos sabrosos sin pesticidas y a un precio atractivo”, explican ambos en su web.

El dúo comenzó a plantar fresas en enero de 2015 en el apartamento del tío de Gonzague, en París, y en marzo comprobaron que su método funcionaba. Y fue en ese momento cuando dieron con un antiguo contenedor en las tierras de los padres de Gonzague: sus 33 metros cuadrados les sirvieron paraplantar fresas y transportarlas allá donde hiciera falta.

 

Existen alternativas ante el complicado panorama climático que se presenta

En noviembre de 2016, Agricool había levantado cuatro millones de euros en inversiones, y para enero de 2017 ya contaba con 30 trabajadores. Guillaume y Gonzague aseguran que son hasta 120 veces más productivos que una plantación tradicional y que consumen un 90% de agua.

De Gaia a Agricool pasando por Vinescout o Cropbox, todos los ejemplos expuestos demuestran que existen alternativas ante el complicado panorama climático que se presenta. El uso de la tecnología para reducir nuestra dependencia de los recursos naturales será decisivo para reducir de manera significativa el impacto del ser humano sobre el planeta.

 

 

 

 

 

Fuente: El Confidencial

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