Problemas desde el momento de su ingreso como anteproyecto, desacuerdos entre el Director de Obras Municipales serenense y el Seremi de Vivienda y Urbanismo, demandas de los vecinos en contra de la empresa y viceversa e incluso peticiones de paralización de la construcción; son algunas de las vicisitudes que ha debido enfrentar el proceso de edificación del centro comercial. Sin embargo, más allá de estos hechos, parece haber un disputa entre dos modos de ver y crear ciudad, entre el progreso y el respeto a lo que ha sido La Serena durante toda su historia.
No cabe duda de que el Mall Paseo Balmaceda ha sido una de las obras más importantes y también polémicas de los últimos años en La Serena. Proyecto de unos 70 millones de dólares y más de 56 mil metros cuadrados, perteneciente a la empresa Neorentas y que contará con un supermercado Tottus, además, de un Homecenter Sodimac, entre otros locales.
La historia comenzó el 3 de octubre del año 2014, cuando ingresó el anteproyecto a la Dirección de Obras Municipales (DOM) de la capital regional. Fecha en la que habían perdido vigencia legal las denominadas “calles proyectadas”, término que hacía referencia a que los dueños de los terrenos debían respetar aquellas arterias que estaban trazadas en los planos de la ciudad, pero todavía sin construir. Entre ellas, la proyección de Avenida Estadio y de calle Seminario, sobre las cuales se construiría el centro comercial. Sin embargo, esas “calles proyectadas” retomaron su vigencia con la ley Nº20.791 que comenzó a regir sólo 26 días después de presentado el anteproyecto (29 de octubre). A raíz de esta situación, surgió la duda acerca de que norma era aplicable a este caso, ya que el permiso de edificación que aprobó el anteproyecto, fue otorgado recién el 2 de diciembre de ese mismo año 2014.
Posterior a esta situación, el Seremi de Vivienda y Urbanismo, Erwin Miranda, solicitó a la Municipalidad de La Serena los documentos que acreditaban que el proyecto cumplía la normativa. En este trámite le pidió a la DOM comunal, los antecedentes acerca la fusión de lotes, ya que encontró algunos problemas normativos que le causaron dudas. Lo que hizo que enviara a un documento a la Contraloría General de la República, en el cual se requería paralizar las obras, invalidar el permiso y un sumario administrativo en contra de quienes resultaran responsables.
Hace un par de semanas, el ente fiscalizador dio un veredicto, en donde reconoció que ya pasó el plazo de dos años para que la institución invalidara el permiso y decidió “levantar la acción correctiva”, a pesar de que el órgano contralor reitera en este mismo oficio que la actuación del Director de Obras Municipales en orden a aprobar el anteproyecto del centro comercial y otorgar el permiso pertinente, no se ajustó a derecho.
Además, a esta ya de por si larga historia de desencuentros, se han sumado peticiones de demolición por parte de los vecinos adyacentes a la obra e incluso de Neorentas en contra del Seremi Erwin Miranda.
Pero ¿Por qué la construcción del centro comercial Paseo Balmaceda ha sido tan problemática? ¿Qué es lo que está en juego en este proceso más allá de la simple edificación?
Desde la empresa encargada del desarrollo del proyecto aseguraron que “han estado en juego los derechos y garantías que todo inversionista obtiene en procesos legales y ajustados a derecho para un proyecto de casi US$ 80 millones, versus la obstrucción de algunos vecinos, un abogado y el Seremi de Vivienda”
“Afortunadamente ha imperado la legalidad, y la valoración del incentivo económico que trae este centro comercial a la región, con la creación de alrededor de 4.300 empleos directos e indirectos”, finalizaron desde Neorentas.
En la contraparte Cristián Álvarez, abogado de los vecinos contrarios a la construcción de este lugar y Neorentas, se refieren a esta situación.
“Lo que se encuentra en juego hoy respecto al Centro Comercial Paseo Balmaceda es el respeto al instrumento de planificación territorial que rige a La Serena, a saber el plan regulador comunal de esta ciudad”, afirmó el jurista serenense. A lo que agregó que también “se pone en juego el cumplimiento de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, y del Plan Regulador Comunal de La Serena, desde que la propietaria y la gestora del proyecto no se encuentran exentas de cumplir con ellos”.
Por último, manifestó que “se juega el respeto al Estado de Derecho, el cual se ha violado grave y severamente, desde que existiendo una orden judicial de paralización de obras, así como una prohibición judicial de recepcionar las obras del mismo proyecto decretada por el 2° Juzgado de Policía Local de La Serena, orden y prohibición en cuestión que no se han respetado, desde que la gestora del proyecto siguió construyendo el centro comercial y la Dirección de Obras Municipales de La Serena, efectuó dos recepciones definitivas parciales de obras del mismo centro comercial”.
LAGUNAS LEGALES Y CERTEZAS JURÍDICAS
A título personal el arquitecto Alfredo Prieto (ex presidente de la Cámara Chilena de la Construcción sede La Serena y del colegio de arquitectos), también se refirió a lo sucedido con el centro comercial y puso especial énfasis específicamente a lo ocurrido con la Contraloría, organismo que manifestó que la actuación del director de la DOM comunal no se ajustó a derecho, pero que reconoció no poder invalidar ese permiso ya que había pasado su período de actuación.
“A mí me preocupa esta laguna entre la necesidad de la certeza jurídica y el daño que hace a la ciudad un permiso con errores, por decirlo así”, señaló Prieto.
“La autoridad debe preocuparse de crear un mecanismo de resolución rápida de estas situaciones, hay una laguna”. Según el arquitecto no deberían existir juicios eternos y se debe trabajar legalmente en mejorar estos vacíos.
Fuente: Semanario Tiempo
