En total serán 19 los sindicatos que deberán sentarse con la estatal para negociar sus condiciones el próximo año, casi el triple de los grupos que lo hizo este año.
El próximo será un año desafiante para la estatal Codelco en materia laboral.
Según cifras de la minera, indicadas por su presidente ejecutivo Nelson Pizarro, el próximo año la cuprífera deberá enfrentar unas 19 negociaciones colectivas, que abarcarán a un total de 10.680 trabajadores.
Esta cifra -que incluye los llamados Rol B y supervisores- se traduce en el 57% de la dotación total de Codelco hacia fines de 2016. La cifra es elevada en relación a este año, período en el que la minera ha enfrentado seis negociaciones con 8,2% de la dotación total.
Según indicó Pizarro durante su intervención en un desayuno de Icare, la estrategia de cara a las próximas negociaciones será repetir lo que ya se ha hecho en los últimos acuerdos. Es decir, llegar a contratos austeros y con bonos por término de conflicto más bajos de lo que ha sido la tónica de la gran minería.
“Hemos tenido negociaciones colectivas tremendamente austeras, por primera vez en la historia no se considera reajuste real, por primera vez se pararon los bonos”, dijo Pizarro respecto a las experiencias pasadas.
Algunos de los sindicatos ya han tomado cartas en el asunto. El Sindicato de Supervisores de división Radomiro Tomic y el de división Gabriela Mistral, realizaron sus respectivas asambleas para dar a conocer sus gestiones para enfrentar la negociación colectiva futura.
Cabe recordar que en la última negociación colectiva, con el sindicato de supervisores de la división Salvador, se consideró un 0% de reajuste en un contrato con una duración de 24 meses, con un bono de término de negociación que equivale al 40% del monto entregado en la última negociación, unos $3 millones. El acuerdo es similar al que en diciembre pasado firmaron de manera anticipada la administración de Chuquicamata y los representantes de los sindicatos 1,2,3,5, Antofagasta y Minero.
Inversión minera
Durante su exposición en Icare, Pizarro también se refirió de manera dura a la estabilidad en las inversiones, sobre todo en lo que se refiere a la permisología ambiental.
“La estabilidad que requiere la inversión minera y la certeza jurídica no han sido las necesarias y suficiente como para generar un ambiente de confianza. Se debe a que las comunidades y ciudadanos piden más y más, por lo que lograr la licencia para operar se ha transformado en la necesidad de buscar un negocio sustentable en el tiempo”, dijo.
Fuente: Pulso
