A pesar de las criticas que ha despertado la iniciativa del presidente, una de cada 10 compañias es propiedad de un hispano.
La construcción del muro antiinmigración de Donald Trump en la frontera entre Estados Unidos y México está cada vez más cerca de comenzar. Más de 600 empresas hasta ahora han mostrado interés en levantar la barrera, una de las promesas de campaña más controvertidas del republicano.
Las fechas ya están claras y no queda mucho tiempo. A partir del 15 de marzo serán anunciadas las exigencias finales que deberán cumplir las compañías interesadas y las propuestas serán evaluadas durante un proceso de preselección que finalizará alrededor del 20 de marzo. Dentro de la postulación, las empresas deberán entregar un documento preliminar con el prototipo del muro.
Entre las obligaciones básicas, se pide que los proyectos incluyan muros de hormigón de 9,14 metros de alto (30 pies), que cumplan con «requisitos de estética, antiescalada y resistencia a la manipulación o daños», asegura el Departamento de Seguridad Nacional y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, que hace el llamado y agradeció las «muchas expresiones de interés recibidas».
Para la segunda fase, aquellos seleccionados tendrán que enviar el presupuesto antes del 3 de mayo, dice el anuncio publicado en el portal Oportunidades de Negocios Federales dirigido a las empresas que quieren hacer negocios con el gobierno.
El gran número de interesados sorprendió debido a las críticas que ha suscitado el proyecto de Trump. Más del 60% de los estadounidenses se opone a la construcción, según una encuesta de la universidad de Quinnipiac. La barrera es vista como una mala solución al problema de la migración indocumentada, ya que la mayoría de los estudios afirman que los ingresos no se hacen solo por la frontera terrestre y que además han disminuido considerablemente en los últimos años.
Sin embargo, el mayor impacto lo causó la cantidad de hispanos dispuestos a construir el muro. De acuerdo a una la lista de las compañías interesadas, que pudo revisar The Guardian, al menos una de cada 10 empresas es propiedad de un hispano.
Los dueños no tuvieron problemas en defender su decisión. «Creo que la pared es una pérdida de tiempo y dinero», dijo Patrick Balcazar, dueño de San Diego Project Management, PSC, una empresa de diseño y construcción en Puerto Rico que aparece como una de las empresas dispuestas a participar. Sin embargo, agregó, «yo defiendo su derecho a ser estúpido. Si usted quiere poner una pared, voy a poner la mejor pared que puedo y voy a pagar a mi gente».
Las compañías interesadas van desde grandes constructoras hasta pequeñas empresas de rejas y firmas de seguridad.
Y las compañías mexicanas no están al margen: una gran polémica causaron las declaraciones del presidente de la cementera mexicana Cemex, Rogelio Zambrano, que aseguró que harían un presupuesto de materiales para la obra en caso de recibir una petición. Más tarde, aclaró que «si alguno de nuestros clientes nos pide cotizar materiales, tenemos la obligación de hacerlo, pero eso no implica que Cemex participe».
Pero no todos están felices de ser involucrados. El Presidente de Francia, François Hollande, desanimó a la franco-suiza Lafarge-Holcim, la mayor cementera del mundo, a participar. «Hay mercados sobre los que hay que ser prudente antes de declararse candidato», declaró Hollande, pero la compañía replicó que a ellos no les interesa la política.
El 24 de febrero, el gobierno de Trump informó por primera vez del proceso de licitación del muro. Anunció, además, que quiere empezar la construcción en los pasos fronterizos clave de El Paso (Texas), Tucson (Arizona) y El Centro (California), que hacen frontera con las ciudades mexicanas de Ciudad Juárez (Chihuahua), Nogales (Sonora) y Mexicali (Baja California), respectivamente.
Relación fronteriza
A pesar de que ambos países comparten muchos temas en común además de la frontera -como la próxima negociación del acuerdo comercial entre ambos y Canadá (Nafta)-, los presidentes de México y EE.UU. no se han reunido todavía. La visita que tenía planificada el Mandatario Enrique Peña Nieto a Trump fue cancelada en enero luego que el republicano firmara un decreto sobre el muro.
El republicano convirtió el muro en su bandera de lucha en la campaña y además calificó a los mexicanos que llegaban al país como criminales y «violadores». Trump insiste en que su vecino será quien pagará por la barrera, aunque últimamente ha señalado que reembolsarán la factura. México se niega.
Aunque se desconoce cuál será el costo final del proyecto, los números han pasado desde los US$ 8.000 millones hasta los US$ 21.600 millones, según los últimos cálculos del Departamento de Seguridad Nacional. Además, hay que considerar las dificultades que tiene la frontera de 3.150 kilómetros y que ya hay partes que están valladas o tienen barreras naturales.
Por otro lado, desde que Trump asumió el poder, el número de inmigrantes indocumentados capturados en la frontera se redujo significativamente. Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, la cifra de detenciones en febrero bajó un 36% respecto al mismo mes del año anterior.
«El impacto de las reclamaciones sobre el muro y el fortalecimiento de las leyes de inmigración ya ha permitido que menos inmigrantes ilegales traten de cruzar la frontera», dijo a «El Mercurio» Robert Shapiro, profesor de la Universidad de Columbia. «Eso podría ser suficiente para que Trump afirme que ha hecho lo que prometió». Sin embargo, dice Shapiro, «muchos de los partidarios de Trump creyeron que construiría el muro y él piensa que necesita seguir adelante para demostrar que cumplió su promesa».
9,14 metros de alto deben tener los muros de los proyectos que presenten las empresas y deben cumplir con «requisitos de estética, antiescalada y resistencia a la manipulación o daños», dijo el gobierno estadounidense.
Fuente: Economía y Negocios