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Chile “calienta motores” para proveer a nuevos observatorios

enero 30th, 2017 | by admin
Chile “calienta motores” para proveer a nuevos observatorios
Nacional
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LSST, GMT y E-ELT, son algunos de los proyectos que estarán operativos en el norte del país durante esta década. Por Alejandra Aguirre.

Chile es país de laboratorios naturales. Uno de ellos, el astronómico -ubicado fundamentalmente en la zona norte del país- es visto con gran potencial por el gobierno, considerando que 70% de la infraestructura astronómica mundial estará instalada en territorio local en 2020.

Según Raúl Ciudad, presidente de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información (ACTI), esta industria podría generar nuevos negocios TI por unos US$ 1.000 millones. Una cifra significativa para el país que busca no depender sólo de la exportación de los commodities.

La comunidad de astrónomos nacionales, anticipándose al futuro, desde hace diez años que viene trabajando fuertemente en desarrollos en astroingeniería y astroinformática. Sin embargo, aún quedan desafíos en cuanto a capacidad de almacenamiento y análisis de grandes datos (Big Data).

Jorge Ibsen, director del Departamento de Computación e Informática de ALMA, señala que es esencial continuar ampliando la carretera digital con fibra óptica, algo que inició en 2010 con la construcción de la infraestructura de Santiago a Antofagasta y que hoy está en pleno despliegue con un levantamiento entre el LSST (Large Synoptic Survey Telescope) y la Región Metropolitana, aspectos vitales para el óptimo funcionamiento del mismo LSST, el GMT (Giant Magellan Telescope) y E-ELT (European Extremely Large Telescope), tres de los cuatro mayores proyectos en curso que hay en el mundo, que contemplan una inversión cercana a los US$ 3.000 millones.

Gracias a esto, dice el experto, la comunicación digital se ha incrementado a niveles de gigabytes por segundo y en el futuro, será a cientos de gigabyte por segundo, lo que permitirá aumentar la transmisión de datos científicos a través de REUNA (Red Universitaria Nacional), una corporación integrada por universidades, centros de investigación de excelencia y grupos astronómicos internacionales que comparten información.

Otro aspecto que se ha desarrollado es el capital humano. Según la Sociedad Chilena de Astronomía (Sochias), en 25 años, los astrónomos nacionales han pasado de 20 a 200 y los profesores universitarios se han triplicado en los últimos 10 años, hasta los 60, incrementando el número de universidades interesadas en impartir la carrera y otras vinculadas, como ingeniería de software, además de constituir una serie de instituciones encargadas de generar conocimiento, como el Laboratorio Nacional de Computación de Alto Rendimiento liderado por la Universidad de Chile, el Observatorio Virtual Chileno (ChiVO) de la Universidad Técnica Federico Santa María y el Centro de Astro Ingeniería de la Universidad Católica.

En octubre de este año, Chile será sede de la conferencia internacional ADASS (Astronomical Data Analysis Software and Systems), en la que participarán 300 expertos internacionales y 100 locales, lo que para Ibsen es una clara señal de la visibilidad que está teniendo la astronomía nacional, dado que es la primera vez que el evento se realiza en Sudamérica.

 

Recursos, ¿un problema?

Jorge Ibsen asegura que la traba para avanzar es la falta de una visión estratégica de largo plazo consensuada, que de existir, por ejemplo, facilicitaría la construcción de infraestructura para Big Data, habilitando nuevos negocios en diversas industrias. “Cuando tienes esa visión, los recursos aparecen”, afirma.

Plantea que, siendo conservador, en unos ocho años Chile podría ser un actor importante en este mercado y en el desarrollo, no solo de ciencia, sino de empresas o iniciativas de base tecnológica”, sostiene.

Chris Smith, director de AURA en Chile, coincide con que existen aplicaciones fuera de la astronomía. “La ingeniería que se está haciendo en el Cerro Calán es tecnología aplicable a nuevas generaciones de celulares por ejemplo y la informática que se está desarrollando para comprender los datos astronómicos se puede usar en bases comerciales o de salud”, destaca.

El puntapié para esto se está dando, según Raúl Ciudad, a través del Programa de Industrias Inteligentes de Corfo, el cual ya está realizando estudios para plantear una hoja de ruta, a fin de conocer las brechas que impiden proporcionar servicios y productos para la industria de la astronomía.

“Estamos a tiempo de decidir qué hacer. En los últimos diez años las tecnologías han bajado mucho de precio y, por eso, hoy es posible adquirir equipos que antes no. Es el momento”, advierte.

El Estado, a través de Conicyt, también está apoyando con fondos para el desarrollo de la astronomía, los cuales suman cerca de $ 1.500 millones, que incluye al fondo Quimal, orientado exclusivamente a astroingeniería.

Luis Chavarría, director del Programa de Astronomía de Conicyt, aunque reconoce que faltan más recursos, asegura que lo más urgente es innovar y juntar a las empresas con la academia. “La industria en Chile es súper estática y reacia a generar tecnología. Es un paso que debemos dar, acercar a los dos mundos”, afirma.

Por su parte, Roberto Assef, ex secretario de Sochias, indica que si bien deben existir aportes públicos y privados que fomenten la astronomía, “el peso más grande siempre cae en el gobierno”, por lo que el proyecto de ley que crea el Ministerio de Ciencia y Tecnología -enviado por el Ejecutivo al Congreso en enero pasado- será clave. “Espero, que teniendo la institucionalidad, se le pueda dar más cabida a áreas como ésta”, sostiene.

 

Otros desafíos

Según Fernando Marinovic, gerente de Estudios de Imagen de Chile, para seguir impulsando la instalación de nuevos observatorios en el país se requieren licitaciones más flexibles para proveedores nacionales y extranjeros, de manera que puedan participar con similitud de condiciones. Asimismo, destaca que es preciso integrar a la comunidad regional, mediante capacitaciones, con el objetivo de hacer de la astronomía un ámbito relevante de su indentidad nacional.

 

 

Fuente: Diario Financiero

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