Subasta grandes lotes de equipamiento con un valor total que supera los 175 millones.
Sacyr y sus socios del consorcio GUPC, autores del proyecto del tercer juego de esclusas del Canal de Panamá, están de salida de la obra y les corresponde ahora exprimir las fuentes de ingresos extra. El grupo de constructoras ultima el desmantelamiento y rehabilitación del enorme parque de maquinaria pesada utilizado para ejecutar el nuevo paso entre los océanos Atlántico y Pacífico, con el fin último de vender a terceros la mayor parte de los equipos. Para ello se creó el año pasado un equipo de 300 personas, que tiene ya en contenedores buena parque de estas herramientas pesadas.
Previa inspección y reparación, GUPC está formando lotes de grúas, excavadoras, hormigoneras, machacadoras, apisonadoras, camiones y un largo etcétera, cuyo destino natural son otras grandes obras en América. El consorcio tiene lanzadas dos subastas, con asesoría externa, en las que solo se han aceptado ofertas por el inventario completo.
Al margen de las certificaciones de obra cobradas y en disputa con la Autoridad del Canal de Panamá, la venta de equipos una vez finalizada la actuación –práctica habitual en las grandes obras de infraestructuras– era una de las palancas clave para recuperar parte de lo invertido. GUPC arrancó la que ha sido una de las mayores actuaciones de ingeniería civil de la construcción moderna destinandomás de 500 millones de dólares a la adquisición de la maquinaria. Más del 70% de los equipos utilizados figuraban en propiedad, por un 30% en alquiler o perteneciente a subcontratas.
Las constructoras del tercer juego de esclusas del Canal de Panamá cuentan con todo un arsenal de herramientas pesadas, cuyo final suele ser la venta en el mercado de segunda mano. Llegaron a crear planta propia de hormigón, grandes naves para el tratamiento de hierro y acero y han tenido en funcionamiento decenas de grúas. Según cálculos internos, el valor residual del stocksupera los 200 millones de dólares (unos 177 millones de euros) y uno de los objetivos durante los años de trabajo ha sido mantener en el mejor estado posible estos activos para poder colocar la mayor parte posible.
Pagos reembolsables
Un segundo cheque en manos de GUPC es el de los descuentos reembolsables que ha ido ejecutando la Autoridad del Canal de Panamá en cada una de las certificaciones. Mes a mes, según las condiciones fijadas en el contrato, se ha ido bloqueando un 3,5% de las cantidades a cobrar, lo que sitúa estos descuentos en más de 120 millones de dólares sobre trabajos reconocidos por la ACP por algo más de 3.100 millones de dólares.
Al margen de estos restos que completan el cuadro económico-financiero de Sacyr y sus socios en la obra del Canal de Panamá, están en fase de reclamación más de 3.000 millones por sobrecostesaflorados por las constructoras y que no reconoce la ACP, sobre un presupuesto de 3.118 millones de dólares.
El último de los litigios, dirimido ante el la Junta de Resolución de Conflictos (DAB por sus siglas en inglés), ha tenido como vencedora a la parte panameña. Este órgano mediador rechazó en la última semana de julio reclamaciones de las constructoras, relacionadas con la calidad del basalto para la fabricación del hormigón, por un total de 99 millones de dólares y en las que también se demandaban 76 días de extensión en el plazo de ejecución. Por contra, el DAB dio la razón a GUPC en otras dos controversias valoradas en 8 millones de dólares.
Sacyr, que se queda ahora tres años al frente del mantenimiento del Canal, tiene ya adjudicaciones de gran volumen en sustitución de la obra panameña. La última de ellas fue conseguida en Italia, con la construcción de la autopista Roma-Latina, con obras por 2.800 millones y una cartera asociada de 12.250 millones. Además, el grupo que preside Manuel Manrique ha sido uno de los mayores beneficiarios del programa de autopistas 4G de Colombia.
Fuente: Cinco Días