Esperando en un rincón de Santiago a ser descubierto por alguien para comenzar una segunda o tercera vida. Así, como marcando un compás de espera, se encuentran los cientos de objetos que albergan bajo su techo las tiendas del galpón de antigüedades emplazado a un costado del parque de los reyes, en Santiago Centro. Un espacio donde se puede apreciar lo que dejó el tiempo atrás, otras vidas y otras costumbres, esas que a veces regresan, por nostalgia o por moda, pero que siempre están latentes.
Por Nathaly Lepe D. / Fotografías Mauricio Escalona Photography
Era un tradicional paseo del fin de semana, caminar por calle Balmaceda, desde el costado de la Estación Mapocho hacia el poniente. Disfrutar del sol de primavera y del frescor de los árboles sólo para llegar hasta avenida Brasil y encontrar una de los rincones escondidos de Santiago, el Galpón de Anticuarios.
Vista panorámica de los galpones Balmaceda
Un lugar donde el tiempo pasa con más calma, porque parece caminar con el paso calmado de los años, los mismos que muestran los artículos que esperan por comenzar una nueva vida, de la mano de nuevos dueños, que buscan entre los pasillos esa pieza que les recuerde su niñez, o la de sus antepasados.
El lugar es reconocido para muchos, e incluso integra el circuito sudamericano de antigüedades, pero su permanencia en el tiempo parece un rumor.
Todo va en armonía, incluso la señalética de la calle
Este romántico galpón en sus primeros años fue una maestranza de ferrocarriles, para dar paso a un depósito de trolebuses y luego un espacio donde cada fin de semana se armaba una especie de feria de las pulgas.
Ha mantenido por más de dos décadas locatarios que han cambiado sus productos llegando hasta ahora, que se llena de muebles antiguos y piezas históricas que esperan nuevos dueños en medio de estrechos pasillos.
La diversidad de artículos sorprende en los distintos locales
Sillones, espejos, lámparas de lágrimas y libros, que forman parte de la historia y de los momentos de gloria del país, se mantienen silentes guardando recuerdos, mientras los posibles compradores esperan encontrar esa pieza que buscan para su colección, o que simplemente buscan algo que los enamore.
Los clientes deben pasear con tranquilidad para ir descubriendo objeto tras objeto en este espacio de anticuarios
Pero no sólo es un espacio para quienes compran. Varios locales son fuente inagotable de recursos para obras de teatro, películas, series, historias que buscan reflejar fielmente el pasado y que gracias a estas piezas pueden recrearlo de mejor manera.
MUSEO O MALL
El resurgimiento de la calle Balmaceda y sus alrededores como nuevo centro habitacional de alguna manera ha ayudado a revitalizar este espacio, que se ha visto complicado por la falta de conectividad.
El Transantiago ha afectado el flujo de transporte público por sus alrededores, aunque el acceso en vehículo puede resultar mucho mejor si se piensa que es imposible salir de este lugar sin llevar una pieza.
Largos pasillos con miles de artículos con su propia historia
El galpón está ubicado a unas 12 cuadras del metro Santa Ana, las que se transforman en una antesala de lo que se verá en este espacio. Una especie de museo mezclada con centro comercial, una definición que cuaja con lo que se vive, pero que a muchos de sus locatarios molesta.
Y aunque preferirían ser más un centro de comercio que un museo, para no sólo recrear la vista de los visitantes, los dueños de los locales, unas verdaderas bibliotecas llenas de conocimiento, igual están llanos a dar cuenta de ese pedazo de historia que resguardan y compartirla con quienes llegan hasta el lugar.
Existen locatarios especializados en distintos tipos de objetos, como este de lámparas.
ÉPOCAS Y ESTILOS
Al interior del galpón cada uno puestos tiene su propio mundo. Salones donde predomina el dorado, jardines rústicos, mesas estilo victoriano, escritorios, sillones y sillas con tapices, y la simetría de los setenta.
Local dedicado a los muebles
Y así como hay de diversas épocas, también hay variedad en estilos y especialistas que pueden orientar no sólo a los novatos en el mundo de las piezas antiguas, sino que a algunos que tienen nociones de lo que buscan.
Entre los pasillos abundan muebles y artefacto Art Decó o Normando. Provenzal o Art Nouveau. Diferentes tendencias y mucha nostalgia.
Las antiguas radios también son parte de los artículos a la venta.
La variedad también recae en los precios y también en las calidades. Es bueno ver y comparar antes de tomar la decisión de compra.
Otro aspecto que se observa en el espacio es el trabajo de restauradores que destacan por su prolijidad. Manos que recuperan la historia y que la recuperan a la vista de sus potenciales clientes, quienes pueden corroborar que aquí se recuperan piezas originales.
Un ropero después del proceso de restauración realizado por los artesanos.
Cabe mencionar que el Galpón Balmaceda-Brasil funciona todos los días de 10:30 a 19:00 horas, salvo los domingos que cierra a las 18:00 horas.
Botellas, cajas, tapas, de todo y para todos los gustos.
La esperanza de volver a ver la luz
