El Centro de Convenciones Mitrinco de Concepción será sede de la Semana APEC de la Pyme 2019, que organiza el Ministerio de Economía, y el puntapié inicial, mañana, será el Foro Offline to Online (O2O), en que destaca la participación de Pablo Schcolnik, quien es director del área de transformación y estrategia digital de Globant para Latinoamérica.
En Globant, que se dedica a potenciar organizaciones a través de lo que denominan como transformación digital y cognitiva, Schcolnik pertenece al studio de Business Hacking, que tiene por focos liderar programas de transformación en las empresas y buscar nuevas formas de generar valor en el negocio de nuestros clientes.
-El foco de la conferencia tiene que ver con darle precisiones al concepto de “transformación digital” que presenta mucho usos e interpretaciones. El primer “abuso” del término, a mi juicio, es confundir transformación con “incorporación de tecnología”. Paradójicamente, la tecnología no es necesariamente el centro de estos procesos ni un fin en sí mismo. En todo caso, la misma es un posibilitador para que las empresas puedan hacer cosas que antes no hacían o que hacían más lento o con mayor costo. El segundo “misunderstanding” tiene que ver con que las empresas, cuando piensan en estos procesos, centran aún más la atención sobre sí mismas y ahí se produce un fuerte error, porque si algo es importante cuando pensamos en evolucionar el negocio es en colocar al consumidor o cliente “en el centro” de todo y desde allí partir con un intento de cambio evolutivo.
Una transformación es algo mucho más grande que comprar software o hardware; lo definiría como un proceso de desarrollo y generación de capacidades digitales que le permite a la organización estar en condiciones de producir nuevo valor para su negocio. Ese valor supone poder repensar su cadena productiva y mejorarla o cambiarla. Para hacer todo eso se necesita pensar en toda la organización (en sus procesos, en su manejo de la data, en el talento interno, en el diseño de la organización, en las formas de trabajo y en los modelos de aprendizaje que se adoptan para acelerar estos ciclos.
-En el mercado chileno no se observa homogeneidad en términos de madurez digital: hay sectores que entiendo están más adelantados, Pero en todos los casos se observa una fuerte tensión entre el negocio tradicional y el negocio adyacente o aquella parte de las organizaciones que están ya lanzados a transformarse. El gran factor que retarda este proceso diría que es cultural. Es difícil para las empresas tomar la decisión de cambiar, porque el cambio por definición genera incertidumbre, miedo e incomodidad.
No tengo datos estadísticos para analizar si existe brecha entre las grandes empresas y las medianas y pequeñas. Las grandes empresas tienen urgencia de cambio muchas veces porque la disrupción las puede dejar fuera de juego y tienen mucho activo que defender. Por el lado de las pequeñas y medianas, entiendo que posponer el cambio puede quitarles oportunidades que no pasan muchas veces. A grandes rasgos veo a las grandes empresas con una agenda más propensa a discutir el tema de la transformación.
-La disrupción digital no tiene que ver con la tecnología. Lo que te puede dejar fuera del mercado no es ese cambio, sino el cambio de la demanda, del consumidor de nuestros productos o servicios. Los desacoples suceden cuando nuestros clientes actuales empiezan a cambiar más rápido que mi velocidad en entender ese cambio y poder responder en consecuencia. Ahí se produce la crisis y también la oportunidad para nuevos entrantes. En estas dinámicas, yo diría que las pymes están mejor paradas que las grandes empresas en la medida en que estén atentas y tengan la decisión política de evolucionar en consecuencia. Porque son más ágiles, tienen menos gente para ponerse de acuerdo, hay menos burocracia y el foco en un aspecto de una cadena de valor o de un espacio en un ecosistema de negocio es más natural que suceda. En el caso de las grandes empresas, sus complejidades al principio no juegan a favor de moverse rápido para intentar un cambio.
-Los sectores más adelantados son los que presentan competencia directa o indirecta más fuerte, como el sector de finanzas, las telcos y algunos ligados a exportación. Lo que veo un poco atrasadas son el sector de FMCG (bienes de consumo de movimiento rápido) y algunos de energía. Lo que el mercado va entendiendo es que, dado que el vector disruptivo está en la demanda y no en la oferta, diría que no interesa tanto el sector económico en particular como el nivel de digitalización que la base de tus clientes tenga. Hoy día se compite por beneficios y experiencias, por resolverle problemas a la gente y que en el camino ese viaje sea lo más fluido y eficiente posible
Fuente: Pulso
